Cronica de una Abducción



CRONICA DE UNA ABDUCCIÓN

Esta historia que os voy ha contar, no voy ha dar su nombre, lo mantendré en el anonimato, pues lo importante es la historia.

Voy ha llamarle Eire, un nombre inventado que nos sirve para el caso.

Eire y yo somos amigos y nos conocemos ya hace años, un día un amigo común me comento que Eire le había dicho que de niño fue abducido que se había decidido a contarlo ahora después de muchos años de silencio porque en la televisión divulgaron otro caso de una persona abducida similar al suyo.

Fijaos si lo llevaba en secreto que ni se lo había contado ha su mujer .

Hable con el, y como el sabía que me interesaban estos temas, se decidió a contármelo, yo por lo menos no me reiría de su relato como sus compañeros de trabajo.


EL RELATO EN SI

Eire cuando tenia 10 años trabajaba en un cortijo en Morón de la Frontera, corría aproximadamente el año 1958, el se encargaba de sacar los cerdos a pastar. Ese día como era habitual se encontraba tumbado de espaldas en tierra, y estaba disfrutando de un cielo azul, todo lo que un niño puede relajarse, de improviso vio un objeto plateado que se detuvo en el cielo a la altura de su mirada, cuando quiso darse cuenta, ya tenia el objeto a su izquierda a ras de suelo, y se sintió inmovilizado, y los cerdos quedaron también inmóviles, era como si el tiempo se hubiera parado, bajaron unos hombrecillos que tendrían su altura, (el es una persona baja y con diez años no seria muy alto) y llevaban una especie de traje y un casco que les ocultaba la cara, en ningún momento pudo verles el rostro, lo cogieron en volandas y lo introdujeron en la nave de pequeñas dimensiones dejándolo descansando en una especie de litera. El estaba inmovilizado pero podía ver perfectamente todo lo que ocurría, las paredes de la nave desde su interior eran transparentes y podía ver el paisaje exterior al volar la nave muy rápida y en silencio introduciéndose en el mar al llegar a la costa, hasta encontrar en el fondo marino algún paso que le llevo ha su destino, que era como un valle lleno de montañas y un riachuelo.

Dejaron la nave y lo introdujeron en un edificio con puertas que se abrían a su paso como las actuales puertas corredizas, en aquella ciudad había humanos y le saludaron amistosamente, lo tumbaron en una camilla y allí le estuvieron haciendo pruebas, que no recuerda bien, después de acabar lo que estaban haciendo, lo volvieron a llevar con la nave al lugar donde lo habían encontrado, donde aún estaban paralizados los cerdos, cuando la nave se marcho los puercos salieron de estampida. Un detalle curioso que me contó, es que cuando el llego a esta ciudad lo recibieron con aplausos.

El cuenta que en ningún momento tuvo miedo. Después del incidente no podía andar bien y arrastraba una pierna, por la noche en su cama, en el cortijo tuvo la visita de un hombre pequeño y de otro mucho más alto, en ese momento si tuvo miedo, quizás porque no lo sedaron, pero no paso nada, a la mañana siguiente ya no tenia cojera.

El cuenta que tuvo mucho tiempo como unas piedrecitas negras en la piel ( ¿implantes? ), que la mayoría se le cayeron, y quizás fruto de ese encuentro fuera su facilidad para los viajes astrales o ensueños como el los llama.

Yo lo considero una persona honesta - aunque sus compañeros se burlaran de él - , de cultura primaria, pero con ingenio y ganas de aprender.

Estoy convencido de que él tuvo la experiencia que contó, y que le marco toda su vida, visitas posteriores parece ser que no tuvo, por lo menos conscientemente.

Os cuento esta historia, como un caso de abducción no traumática y con objetivos aparentemente positivos.

Antonio Moreno.