Ya no Necesitamos el Espíritu Navideño ¡Felicidades a TOD@S!


Quiero aprovechar esta entrada para felicitar la Navidad a mis compañeros Sanumai, Ángel Khulman y Maia. También a tod@s y cada uno de los lectores, amigos y compañeros de este y otros blogs. Desearos a todas y todos unas fiestas acompañados física y espiritualmente de vuestros seres queridos y también unidos en el alma a todas las personas necesitadas de nuestro planeta. Que el año 2011 sea una puerta multidimensional para entrar en la nueva iluminación planetaria. Que iluminéis por donde quiera que paséis aún más que el año pasado. Que vuestro ejemplo de vida sea el que quieran seguir todas las personas con la cual os encontréis. Que sigáis evolucionando en vuestro despertar de conciencia y espiritual.


Os dedico este cuento de hace algún tiempo que por llamarse así no quiere decir que no pueda ser real:

LUZ en sus Miradas

Entre las basuras buscaban algo que comer y llevar a “casa” para sus hijos. Dos mujeres de mediana edad que en aquel momento supuse eran madre e hija, iban mal vestidas y sin abrigo con que protegerse de aquel frío inusual, rebuscaban entre bolsas de basuras sacadas de los contenedores, intentaban sacar algo para llevarse a la boca y saciar su hambre para poder continuar con aquella terrible y continua supervivencia diaria.

Era una mañana muy gélida e iba caminando en dirección a ellas, desde lejos las veía moverse con destreza entre aquellas montañas de plásticos y desperdicios producto de nuestro consumismo irresponsable. Mis ojos no daban crédito a lo que veía, pues no dejaban de partir bolsas de basuras y sacar cualquier cosa “comestible” para ellas y para los suyos. Me acerqué lo suficiente, pues mi camino habitual pasaba por allí. Llegué casi a la altura de donde se encontraban rebuscando, no se percataron, ni tampoco pareció importarles de mi presencia, pues para ellas yo era como un ser de otra dimensión, de una realidad muy diferente a la que estaban viviendo.

Seguí mi camino y cuando las dejé atrás unos metros, no pude contener la necesidad de parar y volver la mirada de nuevo hacia ellas, pero las dos (madre e hija), seguían inmutables y concentradas en su quehacer, en su labor por recolectar cualquier cosa “comible de aquel sembrado”. Un sentimiento de culpabilidad me recorrió toda mi alma, pues sentí que debía hacer algo. Volví sobre mis pasos y me acerqué de nuevo hasta llegar a su altura. Saqué dinero de mi bolsillo, me puse en cuclillas para que me viesen y se percataran de mi presencia. La más joven quedó parada, mirándome directamente a los ojos, fue entonces cuando le extendí la mano con el dinero, ella lo recibió sin apartar su mirada dándome las gracias repetidas veces con acento extranjero. Fue cuando la supuesta madre también se percató de mi acción y se unió a su hija agradecida, ambas no pararon de repetir la palabra gracias, gracias, gracias.

Pero no fue aquel gesto de agradecimiento lo que me conmovió, realmente fueron sus miradas, eran rayos de Luz que proyectaban sobre mi ser, cargándome de energía como si de una batería se tratara. Fue una experiencia que nunca olvidaré, como tampoco olvidaré sus miradas de Luz. Fue entonces, aquel día, cuando realmente descubrí a Dios.

Algunas personas que pasaban por los alrededores quedaron mirando, algunas de ellas vi como les brillaban sus ojos, otras simplemente parecían pensar en que yo era un bicho raro. Pero no me importó lo más mínimo, sabía que había hecho bien en ayudar a esas dos pobres mujeres, quizás tuvieron al menos para unas piezas de pan que llevar a sus hijos y de ese modo pasar ese día un poquito mejor con su familia.

Pero lo más curioso de todo es que seguramente recibí de ellas mucho más de lo que yo pude ofrecerles. Llegué a mi casa feliz pensando que había hecho la vida un poco menos dura a una familia al menos durante un día. Y supe desde aquella acción que Dios está en cada uno de nosotros, que fue el que me lleno de energía con las miradas de aquellas dos mujeres.

Desde entonces intento ayudar cuando puedo a todo el que lo necesita. Puesto que “ellos son nosotros como nosotros somos ellos”.

Intentadlo y sentiréis como algo cambia en vuestro ser. La llama de vuestro corazón se encenderá y esa sensación jamás querréis que nunca termine.

Ahora estamos en Navidad y a todos nos gusta oír la frase “El espíritu de la Navidad”, pues bien ese espíritu o Luz no debemos perderla en el resto del año, de nada sirve acuñarlo solo 14 días de los 365. Ojalá llegue el momento de que esa frase no sirva ni suponga nada, puesto que querrá decir que la bondad, amabilidad, solidaridad, apoyo, compañerismo, fraternidad, unión, armonía, ayuda, etc., han llegado a nuestras vidas para quedarse a vivir en ellas para siempre.

Pongamos más Luz entre tod@s

Ahora os dejo con un texto para pensar en su mensaje interior:

Luz Cegando, Importunando, Zarandeando, Despertando a la Oscuridad.

¿Te Molesta la LUZ en los Ojos? ...si es así, eso significa escapar, huir, no querer saber nada, tira este mensaje a la basura (obviamente te será lo más fácil). Pero antes recuerda algo: ¿Sabes lo que la luz directa le hace a aquel que vive en plena oscuridad?. A mí también me molesta y duelen los ojos pero ya aprendí a no apartar la mirada (o al menos no del todo, seguramente seguiré apartándola inconscientemente de algún modo). Sé que al hacerte esta pregunta parece que hablo paradójicamente porque necesito el lenguaje para comunicarme, pero es que -a niveles más profundos- ocurre EXÁCTAMENTE eso. ¿No te da al menos un poco que pensar?.

No se trata de que te creas nada y que tomes como Absoluta Verdad las diferentes cosas que llegan a ti. Se trata de ser un poco como Sherlock Holmes... pero el objeto a investigar adivina cual es.

Olvida la palabreja “Psicomagia”, no van a sacarte conejos de ninguna chistera, sólo medita sobre estas premisas.

Acuñado por Jodorowsky, su finalidad es sanar los bloqueos materiales-corporales, sexuales, emocionales e intelectuales que nos impiden realizar nuestro destino en la vida.

La psicomagia se basa en las siguientes premisas fundamentales:

  -Fracasar no existe, en cada fracaso, cambiamos de camino.

  -Para llegar a lo que eres, debes de ir por donde no eres.

  -Llegar a ser lo que uno es, es la más grande felicidad.


En toda enfermedad hay:

  -Una prohibición: Te prohíben ser lo que eres.

  -Una falta de consciencia: Cuando no te das cuenta de lo que eres.

  -Una falta de belleza: Cuando pierdes la belleza, enfermas.

Anónimo

Fragmento de la película de animación “Un Cuento de Navidad”