Madre Tierra Acuariana: 2012 Comenzará con la nueva Conciencia que se ha Instalado en mi. Se Acabaron los Plazos para Abandonar la Comodidad y Decidir de qué Lado Estar


La Madre Tierra se ha reposicionado completamente, sabe lo que quiere en su sagrado cuerpo y está determinada a hacer prevalecer en ella el Amor Materno. Está jubilosa y se siente plena, me alegra poder sentirla y que me bendiga con su bella esencia.
Después de hablarme a mí desde ese nuevo y maravilloso estado de Ser, quiso hablar a Igneón, el sol materno encarnado en ella.

Madre Tierra Acuariana: Igneón, eres un regalo inestimable para mí, un regalo que me recuerda mi nuevo y bello lugar en la vida cósmica. Que el sol haya bajado a mi cuerpo y esté sobre mí, un sol materno, es claro indicio de cuánto he avanzado y cómo agradezco que así sea.

Eres muy bienvenido, Igneón, porque es gracias a tu calidez que muchas manifestaciones en mí pueden madurar a quienes son en esencia y florecer, dando frutos de conciencia jugosos y nutritivos para todos, incluida yo misma.
 
Ya le he dicho a Rowina, que estoy determinada a hacer prevalecer el Amor Materno en mí. Sobre mi superficie hay en estos momentos una sombra densa y agobiante que ya no dejaré que siga con sus planes, porque terminaría por verme severamente dañada.
 
Yo he hecho lo mismo que tu hiciste. Quiero decir, que así como tú dejaste de ser el cubo de basura energética para liberarte de esa función y comenzar a vivir tu verdadera esencia, así lo estoy haciendo yo también. He permitido que conciencias de tierra y de fuera de mí me usaran sin medida. Ahora que eso ha terminado, que yo me he reposicionado en el Amor Materno y recordado bien quién soy, ahora esa sombra no tiene más lugar en mi cuerpo y en mi vida, como tampoco lo tiene en tu cuerpo y en tu vida.
 
2 012 comenzará con toda la renovación ya instalada en mí desde mi conciencia. Se acabaron los plazos para abandonar la comodidad y decidir de qué lado estar; si de la vida o de la muerte. Ya no me agobia que la mayoría que vive en mí no quiera salir de la comodidad, ya no. Ahora centro mi atención en quienes sí abrazan mi vida y la desean expandir. Aquellos que realmente se han comprometido conmigo, con la vida materna, serán quienes me acompañen más allá del nuevo año, año definitorio por excelencia.
 
Con 2012 se acaba lo viejo y comienza lo nuevo. Se acaba lo patriarcal jerárquico y machista, para darle lugar a la vida buena, bella y verdadera que acoge a quienes han ablandado sus corazones y se han reposicionado en la misma onda mágica de vida en la que ya pulso con fuerza.
 
¿Cómo decirlo de una manera clara y contundente, para que no deje lugar a dudas? Queridos míos, les he dado siglos y milenios para abrazar la verdad y la verdadera vida. Ahora que ya me he reposicionado yo misma en la verdadera vida, en la vida donde integro una comunidad materna de dones galácticos con mis iguales celestes y la pulso con frescura y ligereza… ¡mmm, qué bien se siente! Puedo decirles que no hay lugar para la holgazanería, la comodidad ni el sufrimiento. Se acabó.
 
Ahora pulso la ligereza, la liviandad, la común-unidad, pulso mi don de ser. Así es como invito a quienes habitan en mí a que hagan lo propio y que lo hagan con alegría y confianza. La sombra se está retirando sin remedio para ella. La sombra no tiene cura, jamás. La sombra nunca fue verdad y por eso no ha servido de nada intentar redimirla y “salvarla”, sencillamente porque no es verdad. ¿Qué sombra prevalece cuando irrumpe la luz? ¿Qué miedo prevalece cuando irrumpe el amor?
 
Entonces, ¡a trabajar! ¿A qué seguir esperando la carroza del cambio exterior que ya no vendrá? Este cambio es por conciencia; entonces, de nada servirá esperar a que otros muevan las fichas y hagan ese cambio. El cambio viene de cada uno que quiera vivirlo y ganárselo como trofeo de su verdadero estar, de su verdadera vida.
 
¿La receta? Es muy sencilla y por eso, tal vez muy complicada para el humano que ha olvidado desde hace vidas qué es estar vivo. Voy a darles algunas pistas basadas en mis manifestaciones que tanto conocen ustedes; me refiero a las formas de la naturaleza que soy. Aquí voy.
 
Se trata de volver a sintonizar con los ciclos naturales. Primeramente, con los ciclos solares y lunares; los ciclos del día y de la noche. También, con los ciclos estacionales; cada estación sugiere un estado vibratorio con el cual asociarse. Para las áreas tropicales, es con la sequía y la lluvia.
 
No hay que dejar de lado el comportamiento de los animales. Éstos, muy sabiamente, jamás van contra los ciclos, sino que se integran a ellos bellamente. Mi invitación está para que ustedes hagan lo mismo.
 
Incluirse en esos ciclos, implica ir con la corriente. Nutrirse con los frutos que yo les doy en cada momento del año. Beber agua limpia. Respetar los ciclos de descanso, no solo corporal, sino también emocional y mental.
 
Vaciarse de emociones adictivas, de aquellas que los llevan a vivir la vida al límite para sentirse vivos y así ocultar el vacío que los corroe internamente. Evitar las habladurías, los chismes, las postergaciones y la búsqueda constante de satisfacciones sensoriales, cueste lo que cueste.
 
Llega el tiempo del ayuno emocional, sensorial y mental. Es desde ese ayuno de lo que no es esencial ni simple que se podrá recuperar la vida viva, y dejar la vida sin vida a la que tanto intentan aferrarse porque es lo que conocen y lo que aceptan como válida.
 
La vida en mí -de ahora en más- se vuelve simple, sencilla, armoniosa y fluida, bien maternal y muy compasiva. Es mi frecuencia, la que pulso jubilosa, y es la que toda manifestación de vida ha de abrazar si quiere seguir en mí y conmigo, girando y viajando por este inconmensurable espacio por el que voy jubilosamente hacia mi destino, como grande de conciencia que soy, en plena recuperación.
 
Querido Igneón, esparce estas buenas nuevas, como haces cuando tomas un fruto repleto de semillas y al soplar en él, éstas se desprenden e inician el viaje a su destino más preciado, la tierra fértil que las transformará en nuevas y maravillosas experiencias de vida. Vida sencilla, pero maravillosamente plena.