Algunas Reflexiones de Alan Watts


Las palabras no pueden expresar más que un pequeño fragmento del conocimiento humano, porque lo que podemos decir y pensar es siempre inmensamente menor de lo que experimentamos.
Los planes del mañana pueden carecer de sentido a menos que estemos plenamente conectados al presente. Dado que vivimos en el presente, y sólo en el presente, no hay más realidad que la realidad presente.
Es posible alcanzar el éxito mundano y poseer todo tipo de comodidades materiales -como una lujosa casa, comida deliciosa, un yate y varios automóviles, por ejemplo- pero, si su vida carece de un toque de misticismo, el éxito material no tardará en hastiarle.
Para gozar de placeres intensos, también hemos de soportar intensos dolores. (...) Cuanto más capaces somos de amar a otra persona y gozar de su compañía, mayor debe ser nuestro dolor por su muerte o su separación. Cuanto más se aventura en nuestra experiencia el poder de la conciencia, mayor es el precio que hemos de pagar por su conocimiento.
El desapego significa no sentir ningún remordimiento por el pasado ni miedo por el futuro; dejar que la vida siga su curso sin intentar interferir en su movimiento y cambio, sin intentar prolongar las cosas placenteras ni provocar la desaparición de las desagradables. Actuar de este modo es moverse al ritmo de la vida, estar en perfecta armonía con su música cambiante, a esto se llama iluminación.
Parece que si tengo miedo, estoy paralizado por el miedo. Pero sólo estoy encadenado al miedo mientras trate de liberarme de él.
El oro es un metal en verdad muy útil, sobre todo en odontología, joyería, y tal vez para cubrir la cúpula de la capital de Washington. Sin embargo, en el momento en que se utiliza como dinero y se almacena en cámaras acorzadas en forma de lingotes, se convierte en algo totalmente inútil, en una falsa seguridad a la que la gente se aferra como a un ídolo. Se convierte así en una especie de culto a algún dios paternal con barbas que vive por encima de las nubes. Y todas esas creencias distraen nuestra atención de la realidad.

¿Y si el dinero no importara?

El filósofo británico Alan Watts se hace esta interesante pregunta; a continuación en el vídeo: