Como dije al principio, las fuerzas de la luz no van a permitir eso, porque existe un preciso momento en el tiempo de todas las galaxias del universo en que a las almas se les da la oportunidad de transcender, de subir un escalón en su evolución. Y ese momento es ahora. Por este motivo, la batalla entre la luz y la oscuridad se está librando ahora mismo en este planeta. De ahí que se hayan registrado en muchas partes del mundo extraños ruidos como el conocido Hum, o como estallidos de bombas, o explosiones, etc... cuyo origen es totalmente desconocido y también desconcertante para la persona que lo escucha. Esta batalla ya se ha librado en es espacio, fuera de la atmosfera terrestre, en la orbita lunar y más allá, con la victoria de las fuerzas de la luz, cuya principal participación se la debemos a la Federación Galáctica de la Luz que tutela nuestro sistema solar. Se nombra de esta manera porque existen muchas Federaciones y Confederaciones, con desempeños y propósitos muy distintos, incluso de fuerzas oscuras.
Bien, como decía, la batalla espacial ya se ha librado favorablemente para el planeta Tierra. En estos momentos se está terminando de librar, después ya de varios años, la ardua y difícil contienda en zona subterránea. Existen múltiples bases subterráneas por todo el planeta conectadas entre sí mediante una enorme red de túneles. Estas a su vez tienen diferentes niveles de profundidad. De ahí la dificultad que conlleva la ineludible victoria.
Sabido esto, es de suponer que muchos de los terremotos y micro terremotos registrados en los últimos años a profundidades similares se debieran a lo anteriormente expuesto. Algunas resistencias oscuras en esta limpieza subterránea salen disparadas con sus naves hacia el exterior del planeta, de ahí que minutos después de sentir un terremoto es posible observar estas esferas rojas o bolas de fuego sobrevolar la superficie, intentando huir de lo inevitable.