En ti gozando,
mis sentidos despertando
de larga noche dormida,
sacudiendo.
¿En qué guarida te escondiste?
¿Por qué tus ojos cerraste?
¿No ves que la noche oscura,
más tenebrosa sin ti late?
¡Ay, lucero del alba,
luz de la mañana!
No alargues la noche,
no temas a la parca.
¡Sal de tu escondite!
¡Abre el telón!
¡Que resplandezca la alborada!
¡Ya viene!
¡Ya llega,
con su manto dorado
y su aureola estrellada!
En ti gozosos,
mis sentidos despiertos
de larga noche dormidos...
¡Al fin, sacudidos!
Ángel Khulman