El Aceite de Palma se sustenta sobre los huesos de los Orangutanes

“Los orangutanes son solitarios, no necesitan al ser humano y no están interesados en nosotros. Sin embargo, si consigues que uno te mire a los ojos, recordarás esa mirada el resto de tu vida. Biruté Galdikas
La primatóloga Biruté Galdikas es la mayor experta mundial en el comportamiento del orangután. Ya a sus 73 años continúa estudiando y defendiendo sobre el terreno la conservación de esta especie en peligro de extinción.

En una entrevista realizada por Anaís Pérez Martínez para la Agencia SINC recogemos algunos datos de interés y también varias de sus reivindicaciones:

-Lleva toda una vida dedicada al estudio de los orangutanes, ¿nos queda mucho por conocer sobre su biología y su comportamiento?

Siempre nos seguirán sorprendiendo. Ocurre lo mismo que con la investigación de los humanos. Incluso nosotros, que hemos sido tan intensamente estudiados, todavía descubrimos cosas nuevas sobre nuestra psique o nuestra biología. Los orangutanes no se han estudiado tanto y seguirán sorprendiéndonos.

Además, viven en un universo diferente al nuestro, en las copas de los árboles. Su vida depende de su capacidad para descubrir y comprender dónde está la fruta. Por eso para los humanos es muy difícil evaluar ese tipo de habilidades. Lo mismo ocurre con los delfines, que no son particularmente visuales. Sus cerebros están dedicados a la audición y navegan por el mundo usando la ecolocación. Es muy difícil medir su inteligencia.

-En el caso de los orangutanes, se suma que son bastante esquivos...

Son animales solitarios en la naturaleza cuando son adultos. Es una criatura que depende completamente de sí misma, por eso desarrolla un tipo diferente de inteligencia a la nuestra, que somos intensamente sociales.

-¿Qué opina de considerarlos “personas no humanas”, como ocurrió con Sandra, que fue liberada de un zoológico de Buenos Aires para trasladarla a un santuario?

Estoy totalmente a favor. Soy Presidenta de Honor del Proyecto Gran Simio. Su fama es una de las razones por las que acepté venir a España.

-¿Y los zoológicos qué le parecen?

Creo que son algo anacrónico. Me opongo a ellos. También soy consciente de que en un mundo realista no puedes simplemente abrir las puertas y que todas las reglas sobre los animales cambien, pero no estoy de acuerdo con la idea de mantener a los animales en cautiverio.

Este año los incendios han fijado la atención en la deforestación de la Amazonía, pero en Indonesia también es un drama.

Es una tragedia. Llevamos años alterando los bosques y la naturaleza. No es un problema político, es por la forma en la que está construido el mundo. La industrialización mundial nos ha desconectado de la naturaleza y el proceso se ha ido intensificando a medida que han pasado los siglos.

Tenemos una agricultura industrial de la que todos obtenemos nuestros alimentos y es lo que está destruyendo la naturaleza. Usamos combustibles fósiles y tenemos un sistema económico que nos conecta a todos. Pero lo que estamos haciendo es destruir la Tierra. Se está acabando con el equilibrio entre las personas y la naturaleza. Los incendios en Indonesia, en el Amazonas y en Siberia son síntomas de esto.

-¿Y qué ocurre con las plantaciones del aceite de palma?

Están aniquilando los bosques. ¿Y quienes manejan estas plantaciones? Son conglomerados internacionales. También hay obviamente multimillonarios indonesios involucrados. He tenido contacto con una de estas compañías, conoces a las personas que las dirigen y son como tú y yo, pero su único propósito es que sus empresas sean rentables. Las plantaciones comenzaron aquí, pero ahora también están en Papúa Nueva Guinea e incluso en África. Todo este sistema económico está destruyendo los bosques. Solo quieren ganar dinero.

-¿Cómo se puede convencer a las personas para que cambien estas expectativas económicas que no son sostenibles, que aprendan a ser más ‘pobres’?

No se trata de pobreza. Los trabajadores del aceite de palma en esas plantaciones en Indonesia puede que estén un poco más seguros desde el punto de vista económico, pero todavía son pobres. Es decir, tienen bicicletas, motocicletas y grandes antenas parabólicas, pero, ¿son más felices? Esa es la pregunta que hay que hacer.

-¿Hay defensores del aceite de palma?

Yo he criticado el aceite de palma y en redes sociales respondo a las personas que dicen que el aceite de palma podría ser sostenible. Yo les constesto: “¿Cómo puede ser sostenible algo que se sustenta sobre los huesos de los orangutanes y las cenizas de los bosques?”. El aceite de palma y los estados madereros son responsables de que actualmente los orangutanes estén al borde de la extinción en estado salvaje.

-¿Qué podemos hacer para pararlo?

No podemos cambiar los sistemas políticos, ese es el problema, pero sí podemos hacer activismo.
Fuente: SINC