Nuevamente se escucha una campanada en el drama de la existencia, de la vida humana en este mundo, que con su tañer marca un paso más en la encrucijada que es emblema de la humanidad, de uno mas de sus ciclos, que se relacionan con el tiempo de navidad, de año nuevo y de lo que denominan como Semana Santa, a suceder de nuevo en esta ocasión, en este año que se aproxima.
Tal encrucijada se forma, por un lado, por una línea horizontal, que representa la vida material con todas sus incidencias,entre las que se cuenta la de creer que los humanos son y se llaman; que son su cuerpo físico; que tienen un nombre, edad y nacionalidad, y que tienen un tiempo limitado de existencia.
Es en esta línea horizontal en que los habitantes de este planeta generalmente viven con la única finalidad de obtener y coleccionar cuanta materia sea posible, y de todo aquello que con la misma se relaciona, ya que se considera importante y poderosa a toda persona que tiene más de lo que en realidad se ocupa para subsistir.
A lo anterior hay que agregar que la mayoría de los habitantes de este mundo, con sus muy honrosas excepciones, vive solo para obtener y disfrutar de todo aquello que se considera la razón de la existencia en este mundo, es decir, ser feliz, lo cual estiman que se consigue solo en función de sexo, dinero, poder; salud, bienes materiales, y lo que erróneamente se considera como amor; trabajo, vanidad, diversión, evasión, y descanso, dando así placer a los sentidos inferiores o físicos y a sus diversas vanidades, así como a sus debilidades.
Por otro lado, la encrucijada se integra por una diversa línea vertical que cruza a la línea horizontal antes mencionada, que simboliza la vida ascendente espiritual, entre cuyos parámetros, vértices o puntos de referencia se desarrolla la vida humana y su elección, de acuerdo a su capacidad, grado de desarrollo y comprensión, y tiene relación con la ineludible evolución y crecimiento interno a que estamos todos sujetos.
Tal evolución se relaciona con el trabajo y la misión de EL CRISTO COSMICO, pináculo al que está llamada la raza humana, al que tarde o temprano llegará, que comienza cuando la tierra, emergiendo de sí misma se transforma, evolucionando, del primer reino universal, el mundo horizontal mineral, para dar nacimiento al segundo reino, el mundo vegetal; luego al tercero, el animal y finalmente al cuarto reino universal: el humano.
Es en este estadío en que la humanidad, irguiéndose, a diferencia de los animales, pasa de lo horizontal a lo vertical, en el que por creación divina, primero, y por posterior evolución, con todas las experiencias y vivencias que ello implica, arriba a la cúspide cuando se alcanza la VISION del CRISTO y se realiza su MISION.
Es así que el próximo inicio de año acerca mas a la humanidad al objetivo de su existencia, al propósito primordial de su presencia en este mundo, que es la expansión del yo interno, el auto conocimiento, la realización personal, y a acortar las distancias para entrar en conciencia cósmica.
Cuando la última humanidad, cuyo origen data de muchos miles de años, rebasó el tercer reino universal para entrar en el reino humano y alcanzó el mínimo necesario en materia de inteligencia para entrar al mundo del conocimiento, las Hermandades Superiores, cumpliendo con el postulado cósmico consistente en que, a mayor jerarquía mayor humildad, para facilitarle su inicio al mundo de la conciencia, se hicieron presentes en ayuda a los humanos terrícolas para que fueran capaces de comprender el misterio de la vida y de la existencia, su importancia y trascendencia.
En representación de tales Hermandades, por compasión y amor universal, denominado como misericordia, con el fin de acortar las distancias para entrar en la precitada conciencia cósmica, se hizo presente en este mundo hace aproximadamente dos mil años El Embajador De Las Estrellas.
Trajo consigo la noble Alta Misión de concientizar a sus moradores de que la muerte no existe; de la eternidad de la vida; del objetivo y propósito primordial de la existencia humana en este mundo, consistente en el porqué, el cómo y el para qué de la vida; de la importancia de la clarificación personal, de la auto comprensión, la auto sinceridad necesaria en la consecución de la expansión del yo interno y del auto conocimiento, así como de la existencia de vida en otras regiones del universo.
Tal vida es la que existe en las muchas moradas que hay en La Casa Del Padre, a las que se refirió bajo el concepto de “El Reino de los Cielos”, constituidas por los planetas y mundos que se encuentran dispersos entre las estrellas, en las diversas dimensiones y distintas frecuencias de Luz que existen en la inconmensurable Grandeza Eterna e Infinita de Aquello que no tiene nombre, EL GRAN TODO, PADRE – MADRE UNIVERSAL ESPIRITUAL, esa ESENCIA que subyace detrás de todo cuanto existe, que no tuvo principio ni tendrá fin jamás, de QUIEN todo proviene y a QUIEN todo va, EN QUIEN TODO ES, ESTA y EXISTE, y del privilegio que se tiene por los humanos de este mundo para emigrar hacia mundos superiores.
A pesar de la innegable bondad, excelsitud y la magnificencia y alto desarrollo espiritual de tales Altas Desarrolladas Hermandades de Luz, venir por ordenes del Comendador De La Galaxia a este mundo en aquel tiempo, muy rudimentario por cierto, conocido aquí como El Padre, representaba para El Cristo, de suyo, un gran sacrificio, el oficio sacro o sagrado de venir a instruir a los hermanos menores, los habitantes de La Tierra, para ayudarlos a crecer, a trascender la materialidad de la línea horizontal, para tomar la alternativa vertical espiritual.
Tal labor se realizó, pues, para concientizar así a la humanidad de que la inmortalidad es parte del Plan Divino, y por tanto, patrimonio de la humanidad, en cuya verdad y mensaje nadie creyó, creía y sigue sin creer, y a lo mas que se ha llegado, incluso en la actualidad, es a ver y entender su mensaje como algo mítico y místico, poco probable, como algo quizá posible, pero a la vez, lejano e inalcanzable, realidad y proceso de vida eterna que aún no tiene claramente entendido, comprendido ni realizado, considerando que conseguirá lo que denomina como salvación con el solo hecho de aceptar a Cristo como salvador o no faltando a la iglesia, dejando de lado que lo que en realidad debe hacerse por esta humanidad para dar su primer paso en pos de esa evolución - salvación, es practicar sus elevadas enseñanzas, cuya introducción a las mismas es comenzar por la sugerencia que dejó a su partida: “AMAOS LOS UNOS A LOS OTROS”.
En vista de ello, ante la incredulidad de aquella humanidad, a fin de demostrarlo, tuvo que dejarse someter a torturas y al escarnio de sus poco desarrollados contemporáneos, sufrir el estado mortis, y luego, como el ave fénix, resurgir de la muerte y volver a la vida en cuerpo y alma ante el asombro aún de sus seguidores, para comprobarles que la inmortalidad de que les hablaba es cierta, y con ello la eternidad de la vida.
No obstante tan ardua por dolorosa Alta Labor, quienes le siguieron nunca alcanzaron a comprender la magnitud de AQUEL, a quien tuvieron la dicha de conocer y tratar, e incluso, puede que ni hayan creído a cabalidad en todo lo que tuvieron el alto privilegio de escuchar de sus labios.
Su advenimiento, como sabemos, se ubica en tiempos de lo que conocemos como navidad, que en sí deriva de la palabra natividad o nacimiento, que ocurre a fines de año, en el que cíclicamente se ubica la humanidad año con año para rememorarlo, y en que seguidamente se celebra la llegada de un nuevo año, de forma que en su mensaje se conjuntan los conceptos de nacimiento, renacimiento, y por ende, nueva vida a través de los propósitos de año nuevo.
Sin embargo, en franco desdén y olvido de la misión cósmica del Cristo, indiferentes a su trascendental misión por el desconocimiento de las verdades eternales y de la alta influencia de la materialidad a que están acostumbrados los humanos de esta actualidad presente, para conmemorar tal trascendental suceso, solo visualizan en tiempos de navidad y de año nuevo opulentos preparativos y gastos y el dar y recibir costosos regalos, organizar y disfrutar derroches y fiestas plenas de colorido, degustar comidas espectaculares con comilonas innecesarias que llegan a la gula, escanciar vinos mas allá de la saciedad, disfrutar olores y usar suntuosos ropajes, olvidando en su alegría y desperdicio en la gran mayoría de los casos, a los pobres y desamparados que no tienen qué comer.
Por otra parte, talan por millones infinidad de pinos para llevar sus cadáveres vegetales a los hogares, como emblema y adorno del “espíritu navideño”, sin tomar en cuenta, en su ignorancia, que los arbolitos han tardado en su crecimiento un promedio de doce años, los cuales habían estado hasta entonces depurando el aire que cada vez se enrarece mas por la irresponsable actividad humana, con lo cual se dañan a ustedes mismos y atacan la ecología afectando al planeta, con las graves consecuencias de todos conocidas.
Y lo que es peor, lo saben, y todo para que quince días después los arrojen a la banqueta y/o a la basura, de tal manera que siegan la útil e indispensable, por necesaria, vida vegetal, en cantidades estratosféricas solo por diversión.
¡¡¡Que grave error!!!
Desde luego existen personas que en “espíritu ecológico” solo despuntan la copa de los pinos para llevarlos a su casa de adorno como “arbolitos de navidad”, lo cual piensan que es “menos grave”, sin pensar en que al cortar esas copas, disminuyen la capacidad de limpieza del medio ambiente.
Por si fuera poco, muchas personas celebran este magno acontecimiento cósmico embotados por el alcohol, con disparos de armas de fuego, degradándose voluntariamente a estados de animalidad, impropios de un ser humano, con las terribles consecuencias que ello entraña, tornando en utópico aquello de que la raza humana se caracteriza por deambular de pie, alta la frente, el pecho sano, con lo cual, supuestamente, en estética postura, del animal se distingue el humano.
En su materialidad, constituida por su desinterés, insensibilidad y bajo nivel de entendimiento a los sucesos cósmicos, debido a que la mayor parte de la presente humanidad solo ha alcanzado el 8% de su capacidad mental, no ha captado la naturaleza de los mensajes provenientes de las citadas Hermandades de Alta Luz, de forma que ha dado a la palabra error la connotación semántica de pecado, es decir, una connotación sacrílega, de supuesto aborrecimiento Divino, y a la vez ha olvidado que la palabra pecado simplemente significa actuar o vivir en error, en forma equivocada, actitud que como sabemos, es corregible o enmendable con un poco de buena voluntad y de aplicación, más, no, motivo de ira, desprecio o castigo divino, sino de amor de nuestros Hermanos Superiores, quienes se preocupan por ayudarnos a trascendernos a nosotros mismos en aras de la perfección y del crecimiento interno que se requiere para, como el hijo pródigo, poder emigrar al Reino de los Cielos, a las muchas moradas que existen en la casa del PADRE.
Dicho condenable término de pecado solo existe en los estratos de mal entendimiento religioso, en que, lo que se debería de hacer, es analizar con detenimiento el mensaje que nos fue legado por El Cristo, corregir los tales errores, concientizarse, y asumir el rol cósmico con responsabilidad.
Sin embargo, en su mal entendimiento de las verdades absolutas, eternales universales, sienten que “pecando”, que no significa otra cosa que equivocar la conducta, cometer desaciertos, ofenden a DIOS, como si EL PADRE, que es todo Amor, Poder, Verdad y Luz se ofendiera o pensara como nosotros, mas prefieren hacer todo, criticarse y condenarse unos a otros, menos cambiar.
Algo similar acontece cuando en supuesto acatamiento de lo que denominan “semana santa” guardan el tiempo de “vigilia” no comiendo carne, confundiendo tal acto, cuando lo que tal palabra significa no es eso, sino ayunar y permanecer vigilantes a su propia conducta, comportamiento y sincero cambio interno, pero especialmente estar preparados y atentos al regreso del Embajador de las Estrellas.
EL vendrá de nuevo a este mundo, pues así lo prometió, suceso que tendrá verificativo en este tan comentado salto cuántico terrestre que se avecina, para invitar a quienes estén listos para emigrar a otros sitios cósmicos, cuyo acontecimiento han denominado como “Cristo viene por su iglesia” e “irse al cielo”, sin entender la magnitud de su significado.
¿Cuántos ciclos o tañidos mas de campanas navideñas, de años nuevos y semanas santas se requerirán para que la humanidad entienda, aprenda, comprenda y atienda el oficio sagrado del Cristo, realizado a través de su venida a este mundo terrícola, y asuma su papel y responsabilidad cósmica de clarificación, de renacimiento y crecimiento espiritual, para hacer realidad el “AMAOS LOS UNOS A LOS OTROS”, actitud indispensable y necesaria para poderse hacer acreedores a la oportunidad de ascender a estratos cósmicos mas altos, haciendo a un lado el fanatismo, la ignorancia, la superstición, el fanatismo, el temor y la irresponsabilidad?
Este tiempo de meditación personal es propicio para acercarnos a nosotros mismos, a los mundos Superiores, abriendo el corazón al Divino Influjo del DIOS OMNIPRESENTE e INMANENTE, y a LAS COMUNIDADES DE LO ALTO, a través de una conducta sincera, real, limpia y de auto comprensión, de clarificación mental personal, destruyendo los nudos mentales que derivan de creencias limitadas, pobremente fundadas, y por ello erróneas por inexactas, a través de practicar y sentir en espíritu y en verdad el amor y la gratitud, no solo por los semejantes sino por todo lo creado.
Tales engramas se eliminarán de la mente humana cuando abandonen el miedo a las creencias religiosas, las analicen, las procesen, y conozcan a fondo el significado real y verdadero de ellas, y realicen que los pobladores de este mundo, con el 8 al 12% de coeficiente intelectual hasta ahora alcanzado, jamás podrán acabar de conocer ni contener AL UNO e INFINITO ni encerrarlo en religiones, iglesias e ideologías.
Semejantes pretensiones, irrealizables por inalcanzables, lo único que han producido es lo que hemos conocido a través de la historia: Tortura y destrucción de innumerables vidas; separaciones entre los humanos de las distintas naciones de este mundo, por creer que con ese porcentaje mental tan bajo encierran a DIOS en una iglesia, como si fuera algo finito o concesión de unos cuantos.
Con tal pretenciosa por sectaria actitud, que implica exclusión entre los humanos por la diversidad de pensamiento y creencias que les es común por la ausencia de coincidencia respecto al concepto que de lo Divino se tiene por los distintos grupos en que la propia humanidad se encuentra dividida con motivo de las diversas religiones que en su libertad profesan, se apartan cada vez mas del postulado Crístico que insta a la humanidad a “AMARSE LOS UNOS A LOS OTROS”.
Es necesario pasar del creer al saber, de las creencias religiosas al conocimiento profundo y verdadero de la sabiduría que ahí se encierra, evitando las interpretaciones superficiales de los textos sagrados mediante una preparación seria, sincera y profunda, que implica realizar estudios metódicos y sistemáticos previos para comprender el verdadero significado de sus profundas enseñanzas.
La humanidad es mentalmente menos que 2 a la tercera potencia porque, 2 por dos, (primera potencia), es igual a cuatro; por 2, (segunda potencia), es igual a 8, por 2, (tercera potencia), igual a 16, porcentaje que de acuerdo con la ciencia, rebasa la máxima capacidad mental hasta ahora obtenida por la mayoría en condiciones normales, ya que atribuye a los genios y a los altos científicos de la actualidad generalmente un 12% de coeficiente intelectual.
En contraposición, DIOS es MENTE, ESENCIA, PRESENCIA, POTENCIA e INMANENCIA INFINITAS, que se resume como N a la N potencia, es decir, El Infinito multiplicado al Infinito.
Si usted multiplica 1000 a la tercera potencia, obtiene: 1000 por 1000, primera potencia = 1000,000 un millón; por 1000, segunda potencia, = 1,000,000,000, mil millones, por 1000, tercera potencia = 1000,000,000,000, es decir, un millón de millones que se denomina en forma correcta como un billón; eso es nomás mil a la tercera potencia.
Ahora imagine el numero más grande que pueda concebir, escrito con todos los ceros que pueda usted anotar en toda la superficie de la tierra y el propio universo, y multiplíquelo por ese mismo número, y el resultado obtenido, por grande que nos parezca, será solo ese número elevado a la primera potencia, luego multiplique el resultado de esa potencia nuevamente por el número original, y así sucesivamente cada resultado al infinito, de forma que cada cifra que le vaya dando esa serie de multiplicaciones por el número original infinitas veces, será inimaginable, que con todo, es, de lejos, más pequeño que DIOS, porque DIOS es infinito, ¿se da cuenta?
¿Como pretende, pues, la humanidad, en esas condiciones de bajo desarrollo de coeficiente intelectual considerar que a DIOS se le puede contener en una iglesia específica? o ¿en la mente?; o ¿que La Divinidad es propiedad de un grupo, ideología o religión en especial?
Consideremos que si en su mayoría la humanidad actual se conforma por hombres y mujeres con un coeficiente alcanzado entre un 8%, a un 12%, luego, entonces, significa a esta humanidad ser padres del 8% al 12%; profesionistas del 8% al 12%; religiosos del 8% al 12%; hijos del 8% al 12%; políticos del 8% al 12%; científicos del 8% al 12%,; pensadores del 8% al 12%; filósofos del 8% al 12%; y así, ad infinitum, hasta arribar a que en este mundo sus habitantes son terrícolas del 8% al 12%.
Así, pretender que a DIOS se le puede contener en una iglesia, en la mente, o que La Divinidad es propiedad de un grupo, ideología o religión, constituye una gran falta de conocimiento o de conciencia, o bien, una gran arrogancia y a la vez temor a ser libres de las creencias hasta ahora enunciadas como supuestas verdades; verdades que por su porcentaje son menos que verdades a medias, o temor a no ser aceptados en los medios sociales y religiosos por el hecho de atreverse a analizar en espíritu y verdad, en la necesidad de búsqueda y de conocimiento, los conceptos sagrados que derivan del mensaje Del Alto Maestro, con un espíritu limpio, digno y abierto, pero veraz, trascendente, que por ello podríamos definir como buscar y estudiar, analizar, con auténtico espíritu Crístico.
Dichos temores e ignorancia se deben a que en una franca contradicción de las Enseñanzas Crísticas, en forma absurda “cristianamente” se condena y segrega “en el nombre de Cristo”, a quienes desean conocer a profundidad el mensaje y la verdad de Cristo.
¡Qué contrasentido!
“La Verdad Os Hará Libres” dijo El Viajero de Las Estrellas.
El bajo porcentaje de desarrollo mental hasta ahora alcanzado por la humanidad presente, ha impedido a la dicha humanidad actual comprender, que, a quien llaman DIOS, son Seres Superiores a ustedes, quienes constituyen Hermandades Espirituales altamente evolucionadas que habitan en otros sitios del Cosmos, en relación con la naturaleza de la humanidad de este mundo; Ultraterrestres, de cuyos Mundos Altos vino ese Gran Embajador inter espacial a este planeta, a quien esta humanidad terrícola llamó JESUCRISTO.
Tan Alto, Muy Sublime y Excelso Visitante, vino para traernos su verdad, aquella que no se aceptó ni mucho menos se entendió por sus contemporáneos, tan limitados y ciegos de entendimiento, por medio de cuya verdad trató de hacernos partícipes de la existencia de vida en otros planetas, de lo incesante de la vida que florece en la tierra y en el Reino de los Cielos, con lo cual se refirió claramente a la vida que existe en los mundos que se encuentran dispersos en las dimensiones y frecuencias de Alta Luz, que integran solo una pequeñísima parte de la esencia de EL GRAN TODO.
Esta realidad resulta sumamente discutida e inaceptada por la humanidad actual, porque es distinta en grado al concepto que de DIOS tiene, con su limitada e intrincada capacidad de análisis y de entendimiento del 8 al 12%.
Con todo, dicho importantísimo y crucial mensaje sigue hasta ahora aún sin aceptarse, entenderse, comprenderse ni mucho menos atenderse, a pesar de los mas de dos mil años desde entonces transcurridos, no obstante de que se está ya en altos grados de desarrollo intelectual y tecnológico en este mundo, en que se ha llegado a la clonación, incluso humana.
En efecto, la humanidad se niega a creer que haya vida en otros sitios distintos al planeta tierra, considerando que la vida solo existe en este mundo y en lo que llaman “Paraíso”, Cielo o Infinito, en donde consideran que “vive DIOS”.
No se dan cuenta del sentido profundo y real de lo que nuestro Luminoso Visitante expresó cuando con perfecta claridad expresó ser proveniente de otros mundos cuando dijo: “de arriba vengo y para arriba voy”; “mi reino no es de este mundo, mi reino es el reino de los cielos”; “vosotros sois de abajo, mas YO SOY de arriba”; “muchas moradas hay en el reino de mi Padre”; “muchas cosas tengo aún para deciros, mas no es el tiempo todavía”; “después de mi resurgimiento (resurrección) permaneceré cincuenta días más con ustedes (Pentecostés), y partiré después a mi mundo, del cual regresaré cuando estéis listos” (Yo volveré cuando la Luz se haga), que significa volver cuando hayan comprendido, entendido, aprendido y atendido su mensaje, pero que con la baja capacidad de entendimiento que caracterizaba a los humanos de aquellos tiempos, mas baja en relación con la actual, lo que la humanidad de hace dos mil años pudo comprender de sus palabras fue muy poco, lo cual, la dicha humanidad, con su deplorable bajo porcentaje de entendimiento y grado de desarrollo, lo convirtió en dogma y en religión, en lugar de captar que el Sr. El Cristo vino a hacer saber a la humanidad que existen otras formas de vida muchísimo más avanzadas que la existente en la Tierra, a la que podrían acceder siguiendo las reglas necesarias, entre las que de entrada destaca EL AMARSE LOS UNOS A LOS OTROS, pero con todo, el resultado fue la creación de iglesias, religiones, alcancías, la “Santa inquisición” con sus conocidas deplorables consecuencias, dejando arraigados esos conceptos, tanto, que todavía hoy, el grueso de la humanidad sigue dependiente de todo lo que ello implica.
Así, tales conceptos llegaron hasta nuestros días en forma deficiente, por ser la humanidad de aquel tiempo tan limitada en materia de comprensión y entendimiento, lo cual va en proporción al grado de desarrollo planetario, de forma que el mensaje de El viajero de las Estrellas y su verdad, fue pobremente captada, no siendo aprendida ni comprendida, sino mas bien, distorsionada, mitificada y mistificada, convertida en lo que conocemos como religión, basada en el dogma de que CRISTO ES DIOS, sin aceptar que con todo y su indudable e irrefutable altísima grandeza, es parte del Universo; un Ultraterrestre proveniente de mundos altísimamente evolucionados en relación con el nuestro, y, por ello, realmente mucho mas poderoso y evolucionado de lo que aquí se entiende con el término DIOS.
Lo anterior evidencia que una religión comprende solamente una parte muy reducida de la verdadera realidad que priva en el universo, en cuyos postulados religiosos se duda, aún en la actualidad, de que haya vida en otros planetas, y de que EL CRISTO haya provenido de uno de ellos, como en verdad lo fue, pues EL mismo lo dijo.
Lo que ocurre es que EL no pudo hablar claramente de aspectos interplanetarios ni de ultraterrestres a sus contemporáneos al captar su cortedad, su bajo nivel de comprensión de la realidad de la vida cósmica universal, ante lo cual se limitó a exponer su mensaje hablando a la altura de la mentalidad imperante en aquellos tiempos, es decir, de la eternidad de la vida; de “el cielo”, que significa la vida en otros estratos cósmicos, y de la necesidad de la transformación y del crecimiento interno, y no un utópico por hipotético lugar fantasioso ni fantástico, sino real, y así, de tales términos, como “vida eterna” y “cielo”, que deberían de haber servido como punto de partida progresivo ascendente en la interpretación y comprensión de su mensaje, se transformó en un concepto estático, cerrado, en lo que aquí, en lugar de servir para concientizar, se utiliza desde entonces como dogma y religión, por falta de comprensión y entendimiento cabal de su referido mensaje, en que a quienes desean profundizar en su correcta interpretación y búsqueda, los tildan de “pecadores”, de anticristos, de forma que el erróneo concepto que tienen del “cielo”, “vida eterna” y “pecado” son puertas de hierro que impiden a la humanidad adentrarse en la comprensión que lleva como resultado a la concientización espiritual, y con ello a la conciencia cósmica.
Y así, la deficiente forma de entenderlo, inexplicable e injustificadamente sigue vigente hasta hoy, y por lo mismo, presente en las iglesias y religiones, convertido en dogma y religión, de forma que tal concepto solo ha servido de base y justificación para establecer el rechazo y excomunión de aquellos que no coinciden o aceptan tales irrazonables imposiciones, o que creen en los extraterrestres, no obstante que, como se dijo, y sabemos, el propio Cristo afirmó no ser terrícola cuando dijo: “mi reino no es de este mundo”; “vosotros sois de abajo, más, yo soy de arriba”; “de arriba vengo y para arriba voy”, y que se sabe que a quien llaman DIOS, no hace ni hizo nunca acepción (excomunión) de personas, de forma que en nombre de Cristo excomulgan personas por ser de otra corriente de pensamiento o grado de entendimiento, negándose la humanidad a confraternizar con personas de distinta ideología, ya que Testigos de Jehová, Católicos, Masones, Rosacruces, Gnósticos, Ortodoxos, Cristianos, musulmanes, etc., solo aceptan convivir con quienes forman parte de sus iglesias o agrupaciones, más, no con los de distinta religión o ideología, haciendo nugatorio el mencionado “AMAOS LOS UNOS A LOS OTROS”.
Porque EL nunca dijo “AMEN SOLO A SUS CORRELIGIONARIOS”, ¿verdad?
Incluso, existe una gran confusión entre el prójimo (próximo) y tu igual, cuando dijo “AMA A DIOS CON TODA TU MENTE, TU FUERZA Y TU CORAZON, Y A TU PROJIMO, COMO A TI MISMO, pues con el término prójimo no se refirió a otro humano, sino a aquello que es lo más cercano a tu persona, como lo es toda forma viviente, bien sean minerales, vegetales, insectos, animales, humanos, etc., pues como sabemos, todo tiene vida, y esa vida se las dio el mismo Creador como se la ha dado a ustedes, de manera que es inadmisible que al ver una planta, un árbol, una hormiga, una araña, etc., inmediatamente los dañan arrancando sus hojas por diversión, o bien, siegan la vida de las últimas mencionadas pisándolas, desatendiendo que por alguna razón existen en este mismo mundo en que existen ustedes, y el deber de hacer un recto y prudente manejo de la mente, fuerzas y capacidades que DIOS puso en cada uno de ustedes.
Sabemos de sobra que El propio Cristo visitaba, comía y andaba con publicanos, pecadores, prostitutas, cobradores de impuestos y gente débil espiritualmente, así como con las clases marginadas, menesterosas e ignorantes de las grandes verdades, constituidas por gente impreparada, lo que debería de servir como modelo para que la humanidad de este mundo se ame sin distinción de raza, credo, color, costumbre, religión, estado civil, estatus social, económico ni político.
Sin embargo, ustedes, terrícolas, llegan hasta estos tiempos actuales aún propugnando la excomunión, infundiendo temor al amenazar con la exclusión de las personas de los círculos religiosos, respecto de aquellos, quienes con espíritu sincero y limpio desean profundizar en los postulados Crísticos, ocasionándoles miedo al rechazo, impidiéndoles crecer en Espíritu y en Verdad, y ser libres y de buenas costumbres, convirtiéndose así en piedra de tropiezo.
¿Se ha preguntado de qué religión son DIOS o JESUCRISTO?
Es tiempo de que, como el hijo de la viuda, la humanidad resucite y se abra a la realidad que priva en el Universo, es decir, dejar de vivir BAJO LA PIEDRA, (ver libro 3 de la colección), para pasar de lo que creen que es el conocimiento, a la inmortalidad, y de que veamos como algo normal, que, así como existe vida en distintas partes del Planeta Tierra, existe también en los distintos mundos que conforman las muchas moradas que existen en la Casa Del Padre, en las regiones y dimensiones del Infinito, de una de las cuales vino JESUCRISTO, a la cual regresó, y en la cual vive, de la cual aún no ha regresado, pero que vendrá, y en la cual vive y reina EL propio PADRE con las Legiones de Altísima Luz, compuestas por Hermandades Superiores, quienes moran en regiones ignotas para la gran mayoría de los habitantes de este mundo, quienes a la vez constituyen las Jerarquías Planetarias que tienen a su cargo el equilibrado y armonioso desarrollo de la vida del Cosmos en general, y de este planeta en particular.
Abramos, pues, el corazón y entendimiento al Divino Influjo de DIOS, pero también la mente, para de esta forma, crecer en espíritu pero de igual manera hacerlo en verdad, como lo expresó el Insigne Maestro, Viajero del Cosmos, y en este tiempo tan especial, en un buen propósito navideño, de fin de un año y de empiezo de otro nuevo, romper los engramas mentales que en forma tácita y gozosamente consentida, tienen y mantienen a la humanidad limitada, con los resultados hasta ahora obtenidos al paso de la vida y del tiempo transcurridos, ampliamente conocidos por todos.
Los Ultraterrestres como JESUCRISTO y EL PADRE son parte de la normalidad de la vida del Universo, de la Infinitudde D.I.O.S., que es distinto a DIOS, a Dios y a dios.
El mundo Crístico Ultraterrestre está esperando por las almas evolucionadas que se atrevan a ser libres y de buenas costumbres, libres de sí mismos, de los vicios, de las pasiones, del miedo, el fanatismo, la superstición, la ignorancia, la superchería, la crítica, la separatividad, las envidias, los resentimientos y de los engramas que tales frenos mentales, emocionales y espirituales ocasionan, así como a ser libres de la manipulación de personas, que de buena o mala fe, bien o mal intencionadas, o desconocedoras del resultado de sus actos debido a su 8% a 12% de comprensión y entendimiento, quienes valiéndose de la vanidad que les da la jerarquía que se les atribuye por la libre y espontánea voluntad de las mayorías, y que algunas ejercen en su propio beneficio, manejan y anudan, deliberadamente o sin saberlo, la mente humana, impidiéndoles asumir el concepto de inmortalidad que es patrimonio de la humanidad, y de esta forma les impiden realizarlo.
Y así, ya libres de ello y de ellos, concientes de su inmortalidad, estén listos para emigrar a mundos superiores en este salto cuántico del que tanto se habla por la comunidad científica internacional, mas conocido en los mundos religiosos como EL JUICIO FINAL, poseedores ya de la libertad (nacimiento) que proporciona una conciencia profunda, limpia y verdadera, producto de la resucitación, a que como el hijo de la viuda tarde o temprano, en forma ineludible se llega, (renacimiento), por el esfuerzo personal realizado sobre sí mismos al atreverse a ir, en sus reflexiones, mas allá de las limitantes creencias religiosas, limitantes de la expansión del yo y del crecimiento interno, y de lo que pretenden o marcan quienes insisten en manejar y en mantener, conciente o inconcientemente sumidas a las masas en la ignorancia, desconocedores de las consecuencias, de la grave responsabilidad de ello y a que se hacen acreedores por el resultado de su acción, que desafortunadamente tarde o temprano se les habrá de revertir.
Es necesario documentarse previa y profundamente en las grandes y profundas verdades de espíritu y verdad, antes de auto constituirse en líderes, para no convertirse en ciegos que conduzcan a otros ciegos, o en muertos que entierren a sus muertos.
Un sincero y cálido abrazo en Amor y en Luz, deseándoles un real acercamiento personal con ustedes mismos y de convivencia fraterna internacional humana.