El Despertar de la Fuerza

“Para mí el aliado es la fuerza, y es un poderoso aliado. La vida la crea y la hace crecer. Y su energía nos rodea y nos une. Nosotros dos, seres luminosos somos, no eres la materia bruta… y debes sentir la fuerza a tu alrededor, aquí, entre tú y yo.” (Maestro Yoda, Star Wars 1980)
Creo que mi primer recuerdo acerca de nuestra existencia fue con 12 o 13 años. En el colegio estudiábamos los átomos. Un átomo es el “componente fundamental de todas las cosas”. Así lo define en su libro el científico y escritor Jack Challoner.

La representación de un átomo consiste en un elemento esférico central, el núcleo, alrededor del cual giran otros elementos esféricos, los electrones. En aquel momento de mi vida entendí un mapa que siempre había visto representado y que nunca me había parado a analizar: El mapa de nuestro sistema solar.

Un sistema solar tiene una representación asombrosamente parecida a la de un átomo: un elemento esférico central, una estrella, alrededor de la cual giran otros elementos esféricos, los planetas. Aquella fue la primera vez que pensé que no podía ser casualidad que todo tuviera relación.

Recuerdo preguntarme acerca del origen del ser humano, ¿creacionismo o evolución? Una pregunta a la que se puede responder con la combinación de ambas respuestas como ciertas: creacionismo y evolución.

No se puede negar la evolución de las especies ni tampoco se puede negar la posible manipulación genética de las mismas. El propio ser humano ha trabajado durante siglos la manipulación genética de los cánidos, con el resultado de la creación de miles de razas nuevas de perros, ¿por qué resulta tan utópico pensar que en la evolución del homínido haya podido haber una manipulación genética para la creación de la raza humana?

Fui educado en la religión católica, una de las muchas religiones que han surgido a lo largo de nuestra historia. Religiones que comparten un asombroso parecido en sus relatos.

Referencias a luces en el cielo, a carros de fuego, a nubes como ascuas, y otras muchas descripciones, son compartidas por casi todas las religiones a lo largo de todo el planeta. ¿Puede ser casualidad que religiones de lugares tan dispares hagan referencias tan similares en sus relatos? ¿Se refieren estas descripciones a objetos voladores que surcaban los cielos? ¿Es tan descabellado considerar esta hipótesis conociendo la tecnología de este siglo? ¿Fueron seres extraterrestres los que crearon al ser humano y nuestros ancestros los llamaron dioses?

En nuestra incesante búsqueda por saber quiénes somos y de dónde venimos, nos encontramos con miles de preguntas que solo nos conducen a más preguntas: si el ser humano fue creado por seres más avanzados, ¿quién creó a esos seres? ¿Cuál es el origen de todo? ¿Quién es Dios?

Todas estas cuestiones acerca de nuestra existencia me han traído hasta aquí. Hoy creo que todos y cada uno de nosotros conocemos las respuestas, pero las hemos olvidado. Más allá de quién nos creó o de dónde venimos, nosotros somos almas viviendo la experiencia humana. Y como almas encarnadas en este plano, hemos tenido que olvidar nuestro origen divino para poder aprender de esta experiencia. Solo actuando en consciencia de lo que somos podremos recordarlo todo.

Entre nuestro plano y entre el origen de todo, existen otros muchos planos de existencia. Desde el Movimiento Despierta vamos a tratar de analizar todas las teorías de la vida para intentar comprender mejor el propósito de nuestra existencia y para el despertar de nuestra fuerza y de nuestra consciencia. Bienvenidos.
por F.J. Corrales de Movimiento Despierta