La crisis financiera internacional ha impulsado el precio del oro que llegó en 2009 a su récord histórico de 1200 US$ la onza. El costo humano de esta especulación es muy alto. En los últimos seis meses, tres ambientalistas opositores a la minería de oro y plata, fueron asesinados en El Salvador. Periodistas de Radio Victoria y otros ambientalistas sufren acoso, atentados, amenazas, persecuciones, desaparariciones, torturas y asesinatos.
Según las Naciones Unidas, El Salvador es el país más deforestado del continente americano y el segundo en cuanto acceso al agua. En este contexto, 29 concesiones mineras en la franja norte de El Salvador ponen en peligro el cauce del Río Lempa que abastece a la capital salvadoreña. Debido a las amenazas que supone la explotación minera para la población y el medio ambiente, se ha creado un gran movimiento ciudadano en oposición a la minería que es apoyada por ONGs, expertos salvadoreños e internacionales y hasta la iglesia católica.
El Movimiento Nacional frente a la Minería Metálica ha llegado a ser galardonado con prestigiosos premios de Derechos Humanos en Washington (ver www.asc-hsa.org) y en El Salvador (ver www.diariocolatino.com). Incluso el presidente ha llegado a afirmar que “mientras no nos demuestren que esos proyectos no contaminan el medio ambiente y la salud de nuestra población, no vamos a permitir la explotación minera en El Salvador” (ver www.diariocolatino.com).

Mientras tanto, otros opositores a la minería se encuentran en serio peligro. Amnistía Internacional y Human Right Watch se han hecho eco del caso, pero a pesar de ello, todos estos crímenes están impunes, lo cual podría motivar asesinatos de más ambientalistas de la zona. Por tanto, urge exigir al Gobierno de Mauricio Funes seguridad para la gente amenazada y el inicio de investigaciones y demandar que la Fiscalía General de la República y la Policía Nacional Civil actúen de inmediato contra los autores intelectuales y materiales de estas violaciones a los derechos humanos.
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