El mundo ¿está realmente vacío? Entrevista a Gregg Braden



Una conversación con Gregg Braden, autor de “La sanación espontánea de la creencia” y “El efecto Isaías” Por John David Mann.
En 1991 se convirtió en el primer Jefe de Operaciones técnicas para los Sistemas Cisco. Al mismo tiempo, Gregg ha invertido meses durante los últimos veinte años en algunos de los lugares más primitivos en la Tierra, en monasterios de Bolivia, Perú, Nepal, India y Tibet, explorando conexiones entre la vanguardia de la ciencia cuántica y el corazón de las tradiciones espirituales antiguas. (“Mientras mis colegas toman una semana en un centro turístico costero”, dice Gregg, “mi idea de vacaciones es un peregrinaje de 22 días en la meseta del Tibet a 17,000 pies de altura.”).
El autor bestseller del New York Times es ampliamente anunciado como un pionero del puente entre el mundo de la ciencia y de la espiritualidad. Habló con nosotros recientemente acerca de cómo el mundo actual esta en una encrucijada en perspectiva y como el mercado de redes refleja ese cambio.

Gregg, el trabajo que estas haciendo con la espiritualidad y el poder del pensamiento, ¿representa una separación entre tu pasado corporativo, técnico o es una continuación de ese pasado?

Lo veo como un claro progreso. Siempre he creído que no hay diferencia entre la ciencia y la espiritualidad, que cuando estudiamos química y física, estamos aprendiendo acerca de detalles prácticos de como funciona Dios en el mundo. Nací y fui criado en el norte de Missouri en una comunidad relativamente conservativa del centro-norte; estas nos eran el tipo de cosas de las que hablaba la gente todos los días. Pero supuse que todos pensaban en la misma línea y creían como yo creía. Pronto aprendí que nada puede estar más lejos de la verdad. Cuando fui a trabajar al mundo corporativo, descubrí que la mayoría de la gente creía que la ciencia y la espiritualidad están excluidas mutuamente, que teníamos que seguir el camino de la ciencia o el camino de la espiritualidad, que no podíamos ponerlos juntos.
Pero ¿crees tú ahora que este punto de vista está cambiando de gran forma?
Absolutamente. Tiene que cambiar y todos lo sienten. Todos sienten que algo esta sucediendo pero no pueden señalar exactamente que es. Hay tensión subyacente que trasciende los límites y naciones; las personas en todos lados sienten que algo ha cambiado. Hubo una conferencia en 2005, “Encrucijadas para el Planeta Tierra”, que unió a científicos, ingenieros, filósofos, lideres religiosos y espirituales de todo el mundo para considerar la pregunta, “¿Qué esta pasando?” ¿Es esto solo la paranoia del siglo veintiuno, o hay realmente algo que esta sucediendo aquí?” El resultado de esta pregunta fue tan profundo que los Científicos Americanos dedicaron su reunión de Septiembre de 2005 al tema de la conferencia.
En el simposio, identificaron seis escenarios diferentes (cambio climático, la amenaza de guerra nuclear, tensiones virulentas e intratables de virus, etc.), si se permitiera que cualquiera de ellos completaran un ciclo, podría terminar la civilización para siempre y posiblemente la vida en la Tierra. Nuestros ancestros pudieron haber lidiado con uno o más de estos problemas en diferentes tiempos. Pero lo que hace este momento en la historia tan único, se dijo en el simposio, es que estamos experimentando las seis situaciones al mismo tiempo. Si vamos a sobrevivir esta vez, concluyeron, tenemos que comprenderlo en los próximos ocho o quince años. Dijeron: “Y la única forma en que vamos a hacerlo es pensar en nosotros y en nuestra relación con el mundo de manera completamente distinta a la que hemos hecho en el pasado”.
¿Y eso tiene que ver con casar el mejor entendimiento científico con lo mejor de la sabiduría espiritual?

Exactamente. Esta convergencia puede ser la verdadera oportunidad para redefinir quienes somos, como trabajar y cual es nuestro papel en el universo. Viene la pregunta científica del siglo veintiuno que nos ha ocupado mucho: ¿Somos observadores pasivos, manchitas insignificantes con muy poca influencia en el mundo?, O ¿Somos creadores poderosos que juegan un papel muy significante en lo que la realidad presenta? De modo interesante la respuesta a ambas preguntas es “Si”. Se determina por como decidimos ser nosotros, por nuestra buena voluntad de aceptar el poder que ha nacido con cada uno de nosotros, para incluir en la calidad de nuestras relaciones, la sanación de nuestros cuerpos, el éxito de nuestras carreras, la paz entre naciones. Como un individuo es fácil entrar en esa angustia existencial de sentirse insignificante.

¿Estas diciendo que hemos adoptado esa postura de “A mi no me importa” en una escala social?
Si, creo que es nuestro condicionamiento inconsciente. Nos hemos transformado en una sociedad basada en ciencia desde hace cerca de 300 años, cuando Sir Isaac Newton formalizo las leyes de la física. Desde entonces, hemos venido creyendo que somos seres sin poder, victimas de un mundo donde todo se separa de todo lo demás, que tenemos poca influencia sobre todo lo demás. Esto no es necesariamente algo de lo que se hable en el despachador de agua de la oficina; Es un condicionamiento inconsciente con el que todos batallamos en cierto grado.
¿Se filtra en nuestro acercamiento a la salud y medicina, la economía, el medio ambiente, geopolítica, todo?
Exacto. Nuestra civilización entera se ha basado en dos falsas suposiciones centrales que aún son enseñadas en nuestras escuelas hoy. La primera suposición falsa es que el espacio entre las cosas esta vacío. Nosotros decimos, “Que el noventa y seis por ciento del universo es espacio vacío”. Lo que importa, o se podría decir la materia – es como máximo cuatro por ciento. La segunda suposición falsa es que nuestra experiencia interna – nuestro pensamiento, sentimiento, emoción y creencia- no tienen efecto en nuestro mundo más allá de nuestros cuerpos. Ambas de estas suposiciones han sido probadas absolutamente falsas. Eso no es teoría, es un hecho científico, documentado en revistas científicas. No solo ha ido a nuestras escuelas y libros de texto universitarios.

¿Estas hablando de la investigación del “campo punto cero”?

Hoy sabemos que hay un campo de energía donde yace toda la existencia física. Este campo tan nuevo en su descubrimiento, que los científicos no han acordado aún una palabra única; ha sido nombrado todo, desde lo simple “el campo” a la “La mente de Dios” y hasta “la mente de la naturaleza”. En 1944, Max Planck, el padre de la teoría cuántica, le llamó “La Matrix”. También sabemos que tenemos la habilidad de “hablar” en un lenguaje que resuena con este campo, un lenguaje no verbal de sentimiento y creencias en nuestros corazones. Cuando hacemos esto, efectuamos sanación física en las células de nuestros cuerpos. La llave es sentir el sentimiento en un modo preciso, como si el deseo que sale de nuestro corazón ya hubiera sucedido. Esto pone en marcha una respuesta en nuestros cuerpos donde la química iguala el sentimiento.

Asimismo, cuando creamos sentimientos muy precisos como si nuestra carrera ya fuese exitosa, nuestras relaciones y nuestra pareja ya están en lugar y tenemos a la gente acertada para completar todas las metas en ese momento, eso pone en movimiento un mecanismo en este campo que permite que esas cosas den fruto. Una vez que entendemos el mecanismo, se convierte en una tecnología y lo podamos hacer consistente y repetidamente

¿Esta este método relacionado con tu trabajo en oración masiva y enfocado a la atención en grupos grandes?

Exactamente, el mismo principio aplica ya sea con una relación, sanación del cuerpo o paz entre las naciones. Si queremos influenciar el resultado, podemos reclamar el sentimiento de ello en nuestros corazones, como si el resultado ya se hubiese obtenido, en vez de pensar como construirlo paso a paso.
Si estas construyendo un trasbordador espacial o cocinando un pastel, entonces quieres ir paso a paso. En lo externo, en el mundo físico, algunas veces tenemos que reunir nuestros ingredientes y después hacerlo en secuencia, construyendo hacia una meta poco a poco. Pero en el mundo cuántico del pensamiento, emoción y creencia, estos principios no aplican. De hecho es exactamente lo opuesto: tenemos que identificar, claramente y de forma concisa el resultado, porque el universo no puede golpear un objetivo en movimiento. Nos educaron para pensar estratégica y tácticamente.

¿Estás diciendo que en ese nivel, la realidad trasciende lo estratégico y lo táctico y en su lugar efectuar el resultado, empezando con el fin en mente?

Exacto. Aún ponemos todo en el lugar para que suceda; no podemos simplemente sentarnos en nuestros sillones. Pero estamos cambiando de una forma meramente Newtoniana para crear y resolver problemas, creyendo que todo esta separado y que debemos trabajar hacia una meta, en el modo cuántico de pensar, donde firme y claramente identificamos el resultado. Tenemos una poderosa documentación en video sobre lo rápido que el mundo físico responde a este lenguaje. En un video, vemos a una mujer que se la ha diagnosticado un inoperable tumor canceroso, en la presencia de tres practicantes, quienes han sido capacitados en este lenguaje del que hablamos. A través de ultrasonido, ves que el tumor se derrite y literalmente desaparece en la pantalla.

¿Ocurre esto por el poder de sus pensamientos?

No es un pensamiento, es un sentimiento –tan poderoso sentimiento que el tumor de disipa en menos de 3 minutos. Esto fenómeno no ha ocurrido una sola vez. Esto se realiza para los tumores de cerebro y vejiga todo el tiempo en esa parte de China. El mismo principio rige cuando una cantidad elevada de gente se reúne para sentir la paz en una región geográfica amplia, o para sentir el éxito de los proyectos de las empresas.

Es interesante que diga que es un sentimiento y no un pensamiento. Todas las narraciones en los libros de éxito que tenemos utilizan el término “pensar” – Piensa y Crece Rico, La Magia de Pensar en Grande, Como un Hombre Piense.

Pero el pensamiento tiende a ser secuencial. Eso es el resultado natural de la sociedad dominada por el macho-orientada esquemáticamente-basada en la tecnología-y el hemisferio izquierdo. No es sorprendente que cogiéramos estos principios y los forcemos en la esfera de lo que pensamos; eso es nuestro condicionamiento. Pero aquí está el resultado último: nuestro mundo está hecho de campos electromagnéticos de información. Si quieres cambiar algo en el mundo, tienes que comunicarlo dentro del campo electromagnético. Curiosamente, la ciencia ha encontrado ahora –y esto se ha publicado en revistas especializadas en los últimos años- que el corazón humano es el generador mas grande de campo eléctrico y magnético del cuerpo.

Entonces nuestro lenguaje era correcto todo el tiempo! Es una cuestión del corazón.


Nuestro cerebro genera un campo eléctrico y magnético, pero es relativamente débil, en comparación con el del corazón. El campo eléctrico del corazón es aproximadamente 100 veces más potente que el del cerebro, y el campo magnético del corazón es alrededor de 5,000 veces más fuerte que el campo magnético del cerebro. Nuestros libros de texto dicen que si quieres cambiar los átomos de la material física, tienes que cambiar o bien el campo eléctrico o bien el campo magnético; el corazón cambia los dos.

 

Nosotros cambiamos el imán, y el relleno de hierro se acopla a su forma.

Absolutamente. Y esta es la razón por la cual el sentimiento es mucho más importante que el pensamiento.
En nuestra sociedad, nos han condicionado para creer que el sentimiento y las emociones no son efectivas. A la mayoría de los hombres no se les han permitido y a las mujeres se les ha dicho, “Si los vas a tener, vas a algún otro lugar donde no moleste a nadie!” Pero fuera de nuestra sociedad, encuentras justo lo contrario. En los monasterios del Tibet, dice que el sentimiento es la fuerza mas poderosa del universo. En un monasterio, pregunté al abad, “En su tradición, cual es la fuerza que conecta todo en el universo?” El respondió con una sola palabra. Pensé que había un error en la traducción, y pregunté a mi traductor que le preguntase de nuevo; “Compasión”. Y dije, “Espera un momento. ¿Es la compasión una fuerza natural que conecta todo en el universo – o es una experiencia que tenemos en el corazón?” Después de que me aseguré que el traductor había entendido perfectamente mi pregunta, volvió a responder solo con una palabra: “Si”.

¿Cómo te afectaron estas experiencias para tu trabajo empresarial?

 

En mi trabajo con las compañías Fortune 500 (empresas de elite del mundo), siempre me encontraba en proyectos que estaban retrasados, o habían excedido el presupuesto o tenían problemas. Usando los principios que había aprendido en los monasterios del Tibet, siempre encontraba maneras de navegar a través de estos dilemas y terminaba encontrando soluciones exitosas. Después de un tiempo, se me ocurrió que todos estos principios se podían aplicar a contextos mucho más amplios.

¿Qué desencadenó esta comprensión?

Los últimos años de la Guerra Fría fueron años terribles. Aunque el público no estaba muy enterado, estuvimos muy cerca de tener una intercambio nuclear; de hecho, esto ocurrió en dos ocasiones. Reconociendo lo cerca que estuvimos de destrozar todo lo que habíamos adorado, se me ocurrió que esto era como cualquier otro proyecto que está retrasado, sobre-presupuestado o con problemas! Empecé a investigar maneras de aplicar los principios que había utilizado en las pizarras de Cisco y Martin-Marietta (empresas) hacia esta proyecto que llamamos “vida y conciencia en el siglo veinte.”

Cuando descartamos esas falsas suposiciones que mencionas –cuando nos damos cuenta que el espacio no está vacío, y que nuestro mundo interior puede tener un impacto enorme en el exterior- ¿que diferencias en la conducta emergen de ese cambio?

Empezamos a ver que todo esta conectado con todo lo demás, y que no solo podemos pensar en nosotros mismos cuando tomamos una decisión, sea en el contexto de nuestra familia, nuestra comunidad o el mundo. Hay más en el mundo que Estados Unidos. La próxima generación estará embebida en esta comprensión, pero esta generación es única en que ambas perspectivas están ocurriendo ahora mismo en este tiempo. Algunas personas están arraigadas en estos trescientos-años de creencias, y otros están más abiertos a la nueva comprensión, pero esta generación en su conjunto está cabalgando entre las dos visiones del mundo, lo cual nos empuja hacia atrás en la lucha por el Planeta Tierra. Estamos enfrentados a retos sin precedentes que serán únicamente solucionados si reconocemos que somos parte de una comunidad mayor –que nos guste o no, somos parte de una familia y nos necesitamos.

En una red estructural de marketing, somos todos independientes, y todavía tenemos que aprender como cohesionar en un campo de quizá cientos de miles de personas. ¿Es esto de alguna forma un presagio de una forma distinta de organizarnos como sociedad?


Absolutamente. Tan complejo como nuestro mundo parece y tanto como intentamos separa nuestra vida laboral, desde el punto de vista de la física y el universo, todas estas áreas están basadas en los mismos principios simples de fratales. Un troncho de brócoli es un ejemplo perfecto del patrón fractal. Una ramita pequeña de brócoli parece la misma que la grande de donde se cogió y al mismo tiempo es como la más grande de donde se cogió –exactamente el mismo patrón en diferentes escalas de magnitud-.

Todo en la vida parece funcionar de esa manera, incluyendo al ser humano. Lo que es bueno para una célula en el cuerpo humano afirmará la vida en el cuerpo entero. Es lo mismo para la sociedad; lo que es bueno para el individuo, también es bueno para el conjunto. Cuando ayudamos a otros, nos estamos ayudando a nosotros mismos.
En el año 2004 escribí un libro el Código de Dios, sobre los principios unificadores que nos acercan como familia en el planeta. En ese libro se citan más de 400 documentos científicos, publicados en revistas especializadas para determinar si somos o no una especie violenta por naturaleza, es decir, si la competición es nuestra verdadera naturaleza. Los resultados de estos 400 estudios son unánimes: no somos una especie ni violenta ni competitiva por naturaleza.

Sin embargo, ellos encontraron que nosotros traicionaremos nuestra benevolencia verdadera y cooperativa y nos volveremos violentamente competitivos en la presencia de una de estas condiciones:

1) cuando nos encontramos amenazados personalmente;
2) cuando nuestras familias se sienten amenazadas; o
3) cuando sentimos que nuestra forma de vida está amenazada.

Podemos ver esto, por ejemplo, en lugares como Irak o los Territorios Palestinos, donde la gente está típicamente viviendo bajo estas tres condiciones.

¿Es este tipo de conflicto violento inevitable?

En absoluto: no es nuestro estado natural, es la conducta que se produce por estas condiciones. Bajo amenaza, perdemos de vista nuestra naturaleza fractal –nosotros pensamos que el interés propio y el actuar en interés de otros son direcciones que se excluyen mutuamente. Empezamos a pensar que hay espacio vacío entre nosotros.
Otra conclusión de estos estudios fue que todas las especies en la naturaleza se benefician de la cooperación. Cuando se comportan cooperativamente, ellos consistentemente producen mas descendencia, viven mas tiempo y más prósperamente. Y han encontrado la misma evidencia entre las poblaciones indígenas alrededor del mundo: la longevidad y la calidad de vida aumentan cuando cooperan en la recolección y el reparto de comida: cuanto más cooperan, mejor va todo. Eso es de lo que va la red de marketing.

¿Ve estas dos formas de pensamiento agotarse?

En la esfera política, tenemos a gente que está mirando solo en nuestro patio, y otros que piensan de una forma más global. Tenemos a científicos que están mirando lo que es bueno para América y otros que piensan lo que es bueno para el mundo. Lo que es especialmente interesante es que en las naciones que son los grandes jugadores están eligiendo a líderes nuevos en los últimos dos años. En los últimos cinco años, he estado en todos los continentes excepto en la Antártica, y lo que he visto en todo el mundo es que la gente está lista para algo más allá del sufrimiento, guerra, conflicto y miedo que hemos vivido en el siglo veinte. Si pueden hacer saber su buena voluntad en una forma distinta a través del proceso de elección, vamos a encontrar como los principios espirituales juegan un gran papel a escala mundial.

ENTREVISTA: JOHN DAVID MANN (traducido por Karla y Marisa)