Hola me llamo Alma y soy de México. Quisiera compartir con
todos ustedes en Preparémonos para el Cambio mis experiencias a lo largo de buena
parte de mi vida con los denominados Seres de Luz.
En mi niñez he vivido experiencias maravillosas las cuales nunca entendí. Es ahora, cuando siendo una mujer adulta de 57 años, mi mente se ha abierto a un conocimiento que al principio aunque no me asustaba sí me confundía un poco. De hecho fui contactada el 22 de diciembre de 2004 —se va a cumplir siete años—, recibiendo una sanación física y también de alma. Mi vida desde entonces ha cambiado por completo. Toda la información que recibí de los Seres de Luz la dibujé día a día y anduve todo ese tiempo buscando respuestas a las preguntas que yo misma me hacía. Como comprenderéis, lo que estaba viviendo no era como para comentarlo con todo mundo, pero mi ingenuidad me hizo hacerlo. Necesitaba ser escuchada y comprendida, pero por desgracia me encontré todo lo contrario. Solo hallé palabras que realmente me hicieron entristecer y me sentí rechazada. Ahora tengo la oportunidad de expresarme libre y abiertamente en este sitio.
Para encontrar respuestas, acudí a múltiples conferencias, en ellas conocí a una canalizadora en Tepoztlán (México) y a un periodista llamado Daniel Muñoz. Y después de todos estos años buscando, llega este momento en el que encuentro los maravillosos libros de “El Ser Uno”. Gracias a ellos entiendo mucho mejor todo lo que he recibido.
Como dije anteriormente, tuve un contacto en el que recibí una sanación física y del alma. Esto produjo en mi el despertar de la conciencia crística, la cual no ha sido nada fácil conducir y sostener, ya que la mayoría de hermanos con los que convivo a diario, no creen en nada de todo esto y han sido muchas las veces que me han calificado de loca, o simplemente que lo he soñado, o he visto visiones. Aunque tengo que decir que es cierto que recibo mensajes telepáticos, incluso visualizaciones con imágenes a colores, a veces como fotografías y otras como películas.
El 22 de diciembre del 2004, acudí con mi pareja a una farmacia. Buscaba muy angustiada un medicamento que me aliviara de una tremenda contractura en el cuello, que me recorría hasta casi la mitad de la espalda y el músculo que se encuentra abajo del oído derecho estaba muy endurecido y bastante crecido. Esta contractura fue debida a que ese mismo año tuve las migrañas más espantosas y dolorosas que jamás he padecido. El intenso dolor hizo casi desmayarme y sentí morirme. Estas migrañas las venía padeciendo desde mi adolescencia. Y en esos días ya me había tomado una caja para calmar los dolores de la contractura, unida a otro medicamento muy fuerte para la migraña. Aquello solo me calmaba como un 75% el dolor, por las noches no podía dormir acostada, pues la contractura me lo impedía y entonces con almohadones y recostada en la cabecera de mi cama, lograba dormir sin llegar a descansar cómodamente. Esto me producía mucho cansancio. Resulta que el medicamento para la contractura lo interrumpieron porque al consumirlo, a largo plazo podía afectar muy seriamente al corazón, incluso provocar un infarto.
Salí contrariada de la farmacia y en su estacionamiento donde dejamos el automóvil, con verdadera angustia le dije a mí pareja:
—¿Y ahora que voy hacer? ¡Es diciembre! ¡Mi medico está de vacaciones! ¿Qué hago si me vuelve la migraña y me duele más la contractura?
Entonces ya caminaba como un robot, estaba completamente engarrotada y con mucho dolor. Justo en ese instante vino como un momento de silencio. Y entonces, levante mis ojos al cielo, e hice una oración:
—¡Padre Bendito! ¡Ayúdame, quítame esto, no lo soporto más, siento que me muero! ¡Mándame un ángel y cúrame! ¡Te lo pido en el nombre de mi Sr. Jesús! Gracias padre, yo he orado por otras personas, no sé si alguien oró por mí.
Cuando terminé nos fuimos, mi pareja no comentó nada.
Ese mismo día, era las 11.00h de la noche, me estaba acomodando en mi cama con los almohadones. Mi lámparilla —de tres niveles— la puse en su luz más bajita. Aun no estaba dormida, cuando de repente dejé de estar en mi cama, sorprendentemente me encontraba acostada en una camilla. En ese momento pensé que estaba dormida y lo estaba soñando, pero no era un sueño, sentía todas mis facultades físicas y emocionales. ¡Estaba encima de una camilla! Pero… ¿Dónde me encontraba?
De pronto aparece un joven delgado rubio, de ojos claros, vestido como un médico cirujano. Vi que traía en sus manos cubiertas con unos guantes, una especie de cordón de luz color plata brillante y alrededor de éste tenía unos hilos pequeños de luz dorada. Se acercó, no sentí miedo, pero si algo extraño, aunque me sentía muy tranquila. Entonces, instintivamente cerré los ojos, pues creí que me iba a poner el cordón en el cuello. Cuando abrí los ojos, él se encontraba parado junto a mí, a la altura de mi cintura. Se retiró por un momento y al rato lo vi llegar por otro lado. Se acercó nuevamente, pero ahora extendió sus manos y movió mi cuello con mucha delicadeza, sin lastimarme, fue entonces cuando él me habló, pero no movió sus labios, me habló con la mente de forma telepática.
Me dijo: —no tengas miedo—, se acercó mucho a mi rostro y vi que sus ojos se abrieron enormemente, saliendo de ellos una luz muy brillante. De pronto vi un cristal en forma de prisma, con una luz blanca en su interior, escuché claramente un sonido parecido al “OM” repetidas veces. No sé decir cuánto tiempo estuve allí. Pero cuando reaccioné, ya estaba en mi cama acostada. Entonces me incorporé e inmediatamente recordé todo.
Me levanté muy rápidamente y me dirigí hacia el espejo. Con leve dolor, ya podía girar la cabeza hacia los lados, ¡estaba destrabada! Y el músculo debajo de mi oreja derecha ¡ya estaba desinflamado! En ese momento dije en voz alta —¡Me curaron! Pero… ¿quién me curo?—. He inmediatamente la respuesta llegó a mi mente —¡Fue un Ser de Luz!—. Pero me pregunté: —¿Qué es un Ser de Luz?— ¡No lo sabía! ¡Qué barbaridad! ¿Cómo era posible que yo no supiera qué era un Ser de luz? ¡Wow!.
El vacío que sentí por muchos años dentro de mí, desapareció, igual que la contractura y también las migrañas. Ese día me salió un poco de sangre por la nariz y por la tarde también tenía por dentro de de mi oído derecho un poco desangre ya seca.
Ahí empezó lo que por varios años he recibido. A partir de ese maravilloso día, mi vida ha ido cambiando, ahora todo lo veo distinto. Mi mente y mi ser se abrieron a un conocimiento espiritual. Se manifestó en mi vida el amor que tanto busqué y echaba en falta por todos estos años.
A partir de ese día, ellos me despertaban a las 3.00h de la madrugada para recibir mensajes con visualizaciones, y emprendí la búsqueda de respuestas a todas las preguntas.
El primer día estaba muy emocionada comentado a la familia lo que me había ocurrido, no salía de mi alegría, era como una niña, por el momento no comprendí lo importante que es la maravillosa aventura que estaba iniciando.
El segundo día también fui despertada a las 3.00h de la madrugada, me senté en mi cama e inmediatamente se abrió frente a mí como una especie de gran pantalla holográfica. De mis ojos salió una luz brillante y ésta iluminó la pantalla como si fuera un reflector. Comencé a ver escenas de mi vida a gran velocidad, la cual fue incrementándose a lo largo de las mismas. En un momento no comprendí nada, luego más tarde descubrí lo que quería decirme; mi vieja vida fue reciclada a una nueva y renovada.
No sé cuánto tiempo me tomó esta experiencia, el vivirlo, despertó en mi muchas dudas. A la mañana siguiente, la emoción bajó un poco de intensidad, pensé por un momento que era probable que yo estuviera cerca de la muerte. Entonces recordé lo que una señora —que llegó a ser mi suegra—, me comentó un día cuando yo era adolecente: “cuando demos cuentas al Padre, nuestra vida nos la mostrarán y seremos renovados”, esa mañana lo recordé instantáneamente y me impactó.
Al ser reciclada o renovada comencé a escuchar la voz interna, que me llamaba por mi nombre. De madrugada me enviaban mensajes telepáticos, los cuales he dibujado por todos estos años. En los libros de “El Ser Uno”, vienen muchas de las visualizaciones telepáticas de figuras como el arco iris, el cubo, el ocho, el árbol de la vida etc. Después de leer muchos libros de metafísica, me ayudaron a resolver muchas dudas. Entonces comprendí que me encontraba en otra realidad, la vi con el tercer ojo que se abrió en mí.
Realmente existen muchas realidades y hay que vivirlo con total naturalidad.
El tercer día era 24 de diciembre del 2004. En casa de mi pareja nos preparábamos para la cena de Navidad. Yo me sentía mucho mejor de la contractura que había disminuido el 90% y la migraña brillaba por su ausencia, la noche del segundo día había dormido con muchísima tranquilidad, pues ya había olvidado lo era estar en paz.
Realmente me sentí diferente, lo podía palpar en mi ser, las cosas no las veía de igual manera, algo estaba transformando hasta mi manera de pensar, a pesar de haber pensado que era probable que muriera, pues aun ignoraba que lo que me estaba ocurriendo era diferente a lo que creía.
Ese día noté que mi reloj se había detenido, no recuerdo la hora, dejó de funcionar, cosa que me extraño mucho puesto que nunca antes me había fallado. La clásica cena navideña llegó, la llegada familiar de mi pareja era hermosa, aunque no veía entusiasmo en la reunión. El Ser de Luz aún no me informó de la importancia de los animales. La clásica cena, fue, el famoso pavo, el revoltijo con polvo de camarón, el bacalao, que yo misma preparé, una ensalada postres y una pasta, la copa de vino, sidra etc. Esa noche conviví con su familia, no sé por qué pero casi no cené, me retiré temprano y me fui con mi familia, que me esperaba en casa de una de mis hermanas. La cena se componía casi de lo mismo. Después de 30 minutos de estar en casa de mi hermana, sentí escalofríos y me percate que tenía una especie de urticaria en mis brazos. Terminó la cena, y me retiré, la urticaria me incomodaba. Llegué a casa a las 2.00 de la madrugada y me dormí inmediatamente, aunque algo molesta por la urticaria. Me despertaron nuevamente a las 3.00 am y vi unas figuras geométricas perfectamente alineadas de colores muy tenues, parecían pentágonos y hexágonos pero dimensionales y tridimensionales. Volví a escuchar el sonido del “OM”. Al despertar a la mañana siguiente, dibujé lo que vi, no sabía porque lo hacía. Pasaron unos días que solo veía figuras geométricas. Una de esas noches, después de la visualización, me quede despierta, pues quería comprobar que no estaba soñando, me senté a la orilla de mi cama y escuché un sonido muy agudo, ahora sé que se trataba de una nave. Comprobé que no eran sueños. A pesar de estar viviendo algo extraño, en ningún momento sentí miedo ni nervios, estaba completamente tranquila, pues me di cuenta que ahora me sentía bien y que no sentía soledad, me sentí acompañada. ¿De quién?, no sabía, solo puedo decir que alguien estaba conmigo.
En el transcurso de la semana, a la víspera de año nuevo, una mañana quise recalentar leche en el microondas y éste hizo un corto realmente terrible, fortísimo, tanto que mi hijo corrió para verme. Aquello me ocurrió por varias semanas, no podía calentar nada, cuando lo hacía mi hijo no ocurría nada. En esa semana experimenté confusión, deseos de llorar sin ningún motivo. Quería salir corriendo.
También experimenté una especie de resfriado, pues la temperatura corporal había bajado. Una noche antes de año nuevo, el Ser de Luz me habló de los animales. Me enviaron sueños donde los vi como sus cuerpos eran cruelmente destrozados y experimentaban mucho sufrimiento, sangre derramada, fue realmente aterrador, esto me trajo mucha tristeza.
Reflexioné y al recordar los sueños sentí en medio de mi pecho un dolor extraño.
Perdí el apetito y dejé de comer muchas cosas. En ese mes, comencé a ver por las mañanas pequeñas luces brillantes de colores en cualquier parte en donde yo me encontrara. Había muchísimas, y ellas siempre estuvieron conmigo por varios años, hasta que poco a poco fueron disminuyendo y hoy en día solo veo algunas muy esporádicamente.
Tengo que decir que ellos me enseñaron la práctica de la meditación, la cual desconocía.
Otra experiencia fue con un sueño muy vivido. Me vi bajando por una escalera y había un enorme ojo, a su lado una gran nave que salía luz por debajo de ella, entonces el ojo me miraba y escuché una voz que me decía que entrara en la luz, así lo hice, entonces empezó a caer fuego del cielo, y la voz me dijo que si el hombre no llegara a comprender, esto sería lo que ocurriría. Vi como caía rocas encendidas y tuve miedo, pues éstas pasaban muy cerca de mí, entonces la voz me tranquilizó y me dijo que no tuviese miedo.
Nuevamente me dijo —observa— y miré hacia un lado, vi un anciano y un niño que estaban lastimados sobre unas camillas en un hospital, y de sus brazos tenían una sonda y ellos me hablaron y me dijeron —observa—, miré la sonda y de ella empezó a bajar un liquido rojo, entonces me dijeron que observara donde las rocas con fuego caían y vi a la gente que corría despavorida y gritando y me hablaron nuevamente y me dijeron —si esto ocurre, nosotros tenemos un gran laboratorio—.
Éstas han sido algunas de mis experiencias, y ya han pasado 7 años de este contacto y sanación. Ha sido maravilloso el tiempo que estuve por varios años recibiendo información y mensajes, estos mensajes fueron disminuyendo en los dos últimos años, algo más esporádicos. Por lo regular eran más espirituales y algunos premonitorios, éstos eran de seres cósmicos, nunca me dijeron de donde venían y tampoco sus nombres. Tengo entendido que debí hacerles preguntas, pero nunca lo hice. Solo a aquel ser que me sanó.
Alma