El Ocaso del Capitalismo - Carlos Caeli

...ocurra lo que ocurra…es el estado interno del ser humano, el cómo se enfrenta a las circunstancias y acontecimientos, lo que determina su destino, lo que determina si vive y si muere en paz. ¿Cuánto más se necesitará para demostrar que el ser humano no es carne ni hueso sino espíritu? 

Vivimos en un sistema insostenible que se acerca frenéticamente a un punto de ruptura. Este final es irremediable, pues dejando al margen la corrupción y degradación que supone para el ser humano este sistema, materialmente es imposible sostenerlo. En principio se abren ante nosotros tres finales, fruto cada uno de una elección distinta por parte de la humanidad.

El primero es un completo y total colapso de la civilización, quedando fulminada la mayor parte de la humanidad entre la destrucción de los ecosistemas, la escasez de recursos, las hambrunas por ello producidas, las guerras y luchas por la supervivencia y el poder…y todo lo que de esos elementos se deriva. Este sería el reflejo externo de que la humanidad en su interior eligiese por destino la autodestrucción.



El segundo final es la sustitución del capitalismo por una dictadura internacional, que castigase severamente a quienes pongan en peligro a ese nuevo sistema. Sería la elección de una humanidad inmadura, temerosa, que no confiase en ella misma lo suficiente como para tomar las riendas de su destino y que estaría dispuesta a ser esclavizada con tal de no enfrentarse a sí misma. Esta es la alternativa por la que está apostando nuestra querida Corrupción sin límites S.A., que con los desequilibrios que sus internacionales brazos están generando en todo el planeta y ante los cuales la población no termina de reaccionar, nos sirve la excusa perfecta para levantar el férreo imperio que poco a poco se dibuja en el horizonte y en nuestras calles. Progresivamente van apareciendo un mayor número de antidisturbios, cámaras de seguridad, leyes restrictivas, recortes de los derechos constitucionales, aumentos en el control de los aspectos sociales por entidades privadas o internacionales, una mayor regulación de las naciones por entidades como OTAN, FMI, ONU…filiales en definitiva que representan a la mencionada asociación sin límites. Este final del capitalismo consistiría en la elección por parte de la población, de vivir, pero al amparo de poderosas autoridades externas a las cuales someterse y que brindasen seguridad a cambio de libertad.

El tercer final, es aquel en que la humanidad se ha conquistado a sí misma, dejando atrás las cadenas de sus temores y sus derivaciones, ambición, hostilidad, prejuicios, ansia de poder y todos los demás elementos que reflejan al capitalismo y los finales anteriores…al vencerlos, la humanidad se liberaría en consecuencia también de sus ataduras externas, terrorismo, opresión, gobiernos dictatoriales o insanos y todas aquellas creencias basadas en el miedo y el sometimiento.

Tres finales y con ellos tres reflejos de la voluntad de la humanidad. Causa y consecuencia, acción reacción, no hay más…Todo lo que ocurre en el exterior es siempre un reflejo de lo que hay en el interior…de ahí que se diga desde siempre que para cambiar el mundo hay que cambiarse a uno mismo primero. En este caso, sencillamente la humanidad deja atrás una etapa del camino y debe decidir qué nueva senda escoger ahora. Hasta ahora han sido esas tres fuerzas, autodestrucción, miedo-sometimiento y Amor-liberación, las que han estado cobrando más fuerza día tras día. Prestando atención puede apreciarse con claridad…En la aniquilación de los ecosistemas, mayor caos y crecientes desastres naturales…En las cada vez más severas políticas internacionales, el aumento del control de la población y la progresiva reducción de sus libertades…En los movimientos e iniciativas que surgen por todo el planeta clamando libertad, pregonando la expansión de la consciencia y la necesidad de más Amor en el mundo…

Todo lo que ocurra aparte de eso es un extra. Aunque se precipite un meteorito sobre la Tierra, aunque un país inicie una guerra nuclear, aunque nos invadan extraterrestres, zombis o fantasmas…ocurra lo que ocurra…es el estado interno del ser humano, el cómo se enfrenta a las circunstancias y acontecimientos, lo que determina su destino, lo que determina si vive y si muere en paz. ¿Cuánto más se necesitará para demostrar que el ser humano no es carne ni hueso sino espíritu?

Pero lo que nos ocupa, es que esas tres fuerzas que luchan entre sí por imponerse y amparar el futuro del mundo, no pueden estar eternamente en coexistencia. Porque atendiendo a las características de los tres caminos que hemos visto, puede apreciarse claramente que son incompatibles entre ellos…y la presión que resulta de su cohabitación y deseo de expansión, hará que tarde o temprano todo “reviente” y un cambio hacia uno de los caminos sea inevitable. Llega un momento en que hay que elegir…y no es posible eludir esta elección, ni a nivel personal, ni a nivel global. Porque aunque se intente “no elegir”, aunque se intente “no hacer”, se estaría llevando a cabo igualmente una elección, en este caso la autodestrucción. Porque si la elección de la mayoría resultase ser ignorar todo lo que ocurre y actuar solo para sí misma, al final las barreras y diferencias entre unos y otros, la competitividad por tener cada uno su “pedazo de pan”, nos acabaría llevando al primer final, el “reset”. Por eso…cuanto antes se elija mejor. Pero ante todo…y esto es muy importante…sea cual sea vuestra elección, aseguraos que sea sincera, sino lo es, todo lo demás será en vano. La siguiente parte del texto va dirigida a quienes deseen apostar por el tercer final, aquel en que la humanidad se libera a sí misma.

Dije que no era mi intención fomentar ningún tipo de conducta y así es. Para mí, la humanidad es muy libre de elegir cualquier final, sea uno de esos tres u otro que improvise o que se me escape. ¿Por qué entonces ahondar en la búsqueda de uno de los finales concretamente? Por tres razones. Porque este es el final más difícil de alcanzar, hay que conquistarlo, mientras que los demás vienen prácticamente solos. Porque mucha gente proclama que “no hay nada que hacer” o que “esto es lo que hay”, cuando eso no es cierto… Y porque ese tercer final es el que yo busco alcanzar y por tanto tengo que obrar en consecuencia. Pero bueno, vamos al punto importante, “¿y qué podemos hacer?”.

Los designios de la vida son inescrutables y no todo acaba ocurriendo como se pretende, pero el camino se hace con los pasos que en el decidimos tomar y si se quiere tomar un rumbo hay que procurar involucrarse en el proceso. En la siguiente parte del texto, voy a exponer ideas, conceptos y herramientas, con los que ofrecer una referencia para poder luchar por esa liberación de la humanidad. Pero tan importante como las referencias en sí mismas y la practicidad que puedan llegar a tener…es el mero hecho de demostrar…que para poder encontrar caminos hacia nuestros sueños…

¡¡¡No hay que abandonar ni en el último minuto!!!


Extracto (Conclusión del Sistema Actual) sacado del libro "El Ocaso del Capilalismo" por cortesía de su autor Carlos Caeli

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