El ingeniero británico Trevor Jackson inventa una batería de larga duración


En la actualidad, el gran inconveniente del uso de estos contenedores eléctricos es su baja autonomía a la hora de suministrar energía a cualquier dispositivo, un automóvil, por ejemplo. Al parecer esto ha quedado resuelto con la nueva fórmula del ingeniero y ex oficial de la Marina Real Británica Trevor Jackson.

El inventor firmó un acuerdo de varios millones de libras para comenzar a fabricar el módulo a gran escala en el Reino Unido. Austin Electric, una empresa de ingeniería con sede en Essex, comenzará a poner miles de ellos en vehículos eléctricos el próximo año. Según el director ejecutivo de Austin, Danny Corcoran, la nueva tecnología es un "cambio de juego".

Puede ayudar a desencadenar la próxima revolución industrial. Las ventajas sobre las baterías tradicionales de vehículos eléctricos son enormes, dijo.

Al parecer, el extraordinario invento de Jackson fue sacado a la luz hace ya una década, sin embargo, como es habitual en estos casos, el ingeniero tuvo que enfrentarse a los grandes grupos de poder de la industria automotriz.

Pero una evaluación independiente realizada por la agencia gubernamental UK Trade and Investment dijo en 2017 que era una 'batería muy atractiva' basada en tecnología 'bien establecida', y que producía mucha más energía por kilogramo que los tipos de vehículos eléctricos estándar.

Dos años atrás los fabricantes de motores presionaron al Ministerio de Asuntos Exteriores para que excluyeran a Jackson de una prestigiosa conferencia para empresas y gobiernos europeos en la embajada británica en París, que se suponía debía acordar un plan para garantizar que todos los autos nuevos sean eléctricos para 2040. El intento de excluirlo fracasó. Ahora, con la firma del acuerdo de Austin, parece que finalmente está en camino al éxito.

“Ha sido una batalla difícil pero finalmente estoy progresando. Desde cualquier punto de vista lógico, este es el camino a seguir” dijo Jackson.

En 2001 comenzó a investigar el potencial de una tecnología desarrollada por primera vez en la década de 1960. Los científicos descubrieron que, al sumergir el aluminio en una solución química conocida como electrolito, podrían provocar una reacción entre el metal y el aire para producir electricidad. En ese momento, el método era inútil para las baterías comerciales porque el electrolito era extremadamente venenoso y cáustico.

Después de años de experimentación en su taller en el pueblo de Callington en Cornualles, el momento eureka de Jackson llegó cuando desarrolló una nueva fórmula para el electrolito que no era ni venenosa ni cáustica.

"Lo he bebido al mostrárselo a los inversores, por lo que puedo dar fe del hecho de que es inofensivo", asegura Jackson.

Otro problema con la versión de 1960 fue que solo funcionaba con aluminio totalmente puro, que es muy costoso. Sin embargo, el electrolito de Jackson funciona con metales de baja pureza, incluidas las latas de bebidas recicladas. La fórmula, que es de alto secreto, es la clave de su dispositivo.

El coste de esta tecnología es infinitamente más limpia y barata que la actualmente utilizada por la industria en baterías de ion de litio. Ya que el aluminio es el metal más abundante del planeta. Además, dice Jackson, las baterías de iones de litio son pesadas.

Las pruebas han demostrado que la pila de combustible de Jackson produce nueve veces más energía que el ion de litio: nueve veces más kilovatios-hora de electricidad por kilogramo. Haciendo una comparación con los automóviles eléctricos modelo S de Tesla resulta lo siguiente: con una sola carga de la batería original de Litio dispone de un alcance de 370 millas (595 km); sin embargo, conducir ese mismo auto con una celda de aluminio del mismo peso, la autonomía se incrementaría a 2,700 millas (4,345 km).


Otras ventajas que tienen las celdas de aluminio-aire es que también ocupan menos espacio, y el costo bruto es mucho menor. Utilizando la misma comparación anterior, una batería de litio cuesta alrededor de 30,000£. Una celda de combustible de aluminio-aire que impulsaría el mismo automóvil por más tiempo costaría solo 5,000£.

El único inconveniente es que las celdas de combustible de aluminio-aire no son recargables. Sin embargo, argumenta Jackson que el proceso de carga de una batería de iones de litio lleva mucho tiempo. Por el contrario, cuando una celda de aluminio-aire se agota, el conductor simplemente la cambia por una nueva. Por lo tanto, los múltiples puntos de carga serían reemplazados por tiendas donde las celdas se puedan intercambiar, tal como las personas ya intercambian botellas de gas propano. Intercambiar una de estas celdas tan solo llevaría unos 90 segundos.

Hasta hace 20 años los avances tecnológicos giraban únicamente en torno a la máxima producción con la mayor rentabilidad posible; sin embargo, en estos últimos años, y afortunadamente cada vez más, el progreso no solo mira el bolsillo sino también la viabilidad en cuanto al respeto del medio ambiente. Los comienzos de todo nuevo adelanto son siempre expectantes, solo el tiempo nos dirá dónde puede llegar el invento de Jackson.


Fuente: dailymail.co.uk