Desenmascarando al Sistema Reptiliano


[…] el sistema es reptiliano, esto tiene muchas connotaciones, y el mejor ejemplo, quizá, que pudiéramos poner como arquetipo, es un cocodrilo […]

Mi visión del mundo es de un huracán de magnitud aceleradamente creciente en el que conviven la distopía —que se está asentando cada vez más en la sociedad—, y la utopía —que late con fuerza en el corazón de cada vez más seres humanos—. Todo lo cual es exactamente lo que corresponde para el impulso de la evolución en consciencia de la humanidad en su conjunto. No en balde, la consciencia avanza inexorablemente sobre dos raíles, el distópico y el utópico, tanto a nivel personal como colectivo.

En la siguiente charla-coloquio, el Doctorado en Economía Emilio Carrillo expone los entresijos del Sistema, revela su origen, cuál es su madriguera, cómo vive, y de qué se alimenta. Partiendo de un arranque de charla algo dramático y poco esperanzador, termina su magistral exposición con un profundo y optimista análisis, ofreciéndonos diferentes claves que nos ayudarán a empoderarnos como seres humanos ante las amenazantes garras de este sistema reptiliano.

Economía, política, sociedad: aproximación consciente a cómo funcionan, hacia dónde vamos y qué hacer

Lo que quiero compartir con vosotros al hilo de la utopía y de la distopía es que es posible, no digo que sea seguro, pero es algo que tenemos que considerar, es algo que tenemos que reflexionar, que la humanidad actual está configurándose como una sociedad distópica; es decir, que la distopía, que dice el diccionario de la academia española de la lengua, es una sociedad futura imaginaria y de una humanidad indeseable. A lo mejor no es futura ni es imaginaria, porque se está configurando ya en el momento presente. No quiero ser portador de malas noticias, ni quiero hundir a nadie en el pesimismo, todo lo contrario, soy optimista por naturaleza. Pero sí es cierto que cuando cotejamos, cuando analizamos el entorno que nos rodea hay muchos signos de que se está configurando una sociedad distópica, una sociedad donde el adormecimiento del ser humano, donde la violencia, el dolor, el sufrimiento en su amplia gama tiene cada vez más peso, y donde a los males de siempre se le está uniendo dos consideraciones que, sin entrar ahora en términos ni mucho menos religiosos, quisiera abordar a continuación.

Es curioso que, en el Evangelio de Mateo, en el capítulo 24, los discípulos de Jesús de Nazaret le hacen una pregunta directa: «Maestro, ¿cómo será el final de los tiempos?» A lo que Jesús responde de una forma muy concreta, muy definida, y lo que ahora en primer lugar no es del final de los tiempos, habla del final de esta generación. No habla del final del mundo, no habla en esos términos postapocalípticos, sino que habla del final de una generación.

Hay muchas personas que tenemos la percepción de que no ha habido solamente una humanidad, sino que ha habido distintas humanidades…

Pues bien, lo que Jesús quería decir con ello es que el final de esta generación tendrá una antesala de acontecimientos que se atreve a calificar en dos grandes grupos. Él dice que vendrán los tiempos de la tribulación, y los tiempos de la gran desolación. En primer lugar, él dice que la humanidad vivirá unas circunstancias donde los males de siempre, todo lo que podemos entender en nuestra mente como males, desde el dolor, el sufrimiento, la enfermedad, la injusticia, la violencia, etc., seguirán estando ahí, pero con mayor intensidad que nunca. Hoy cuando contemplamos la realidad de nuestras vidas esto parece que se está cumpliendo. Por ejemplo, nunca antes tantos seres humanos han padecido hambre como lo padecen en la actualidad, nunca antes ha habido tantas personas obligadas a abandonar sus hogares, no por voluntad propia, sino para huir de la muerte, para huir de la violencia que les acecha en sus tierras. Nunca antes, por poner otro ejemplo, la humanidad ha hecho tanto daño al medio ambiente, lo cual no es un tema teórico, sino que es un tema real, con los miles y miles de millones de animales que todos los años estamos sacrificando de manera salvaje, y que mantenemos en campos de concentración.

Lo cierto es que cuando Jesús habla de una antesala, del final de una generación que viene precedido de los males de siempre, pero con mayor intensidad que nunca, esa mayor intensidad que nunca, hay algunos signos que nos sugieren que se está produciendo en estos momentos. Y después habla de que inmediatamente esto será seguido de tiempos en donde, junto con los males de siempre, con mayor intensidad que nunca, se unirán nuevos males, que la humanidad nunca ha conocido ni volverá a conocer.

Os pongo dos ejemplos que están en la cabeza de todos nosotros, en el conocimiento de todos, y que pueden ir en esta línea. Hoy se habla mucho de la Big Data. Ésta sabéis que es la utilización de las tecnologías para llevar a cabo un almacenamiento masivo de información para un posterior tratamiento masivo de esa información. Esto tiene como objetivo manipular al ser humano, y llegar a lo más recóndito de su ser, y que a través de estas nuevas tecnologías tiene su base de desarrollo.

Otro de esos males que la humanidad nunca ha conocido antes puede ser todo lo referido a la utilización de las tecnologías en el campo de la nanotecnología, en el campo de la biotecnología y en el campo, por ejemplo, de la manipulación genética.

Nunca antes este tipo de acontecimientos, que hoy son ya una realidad, se hubieran podido dar porque el avance científico no daba para ello. Obviamente el avance científico, el avance tecnológico, no es nada malo para la humanidad, todo lo contrario, es consecuencia de la evolución de la humanidad. Pero es verdad que, si es utilizado de manera perversa, con finalidades egoicas, pues da mucho de sí.

La distopía tiene que ver con esto, es decir, tiene que ver con la configuración de una sociedad donde lo depravado, donde lo que tiene que ver con el dolor, donde el sufrimiento, etcétera, tiene cada vez más peso.

Jesús de Nazaret nos hace algún tipo de advertencia al respecto, y lo que os invito es a que nos centremos en el análisis del sistema socio-económico. La economía, la política, la sociedad, el sistema socioeconómico imperante, para comprobar hasta qué punto este sistema socioeconómico realmente distópico tiene estas connotaciones. Por supuesto no lo vamos a plantear para salir hundidos en la miseria, sino para plantearnos inmediatamente, en el supuesto de que esto fuera así, el qué hacer, porque se trata de actuar, no se trata de quedarnos resignados, impotentes ante lo que está ocurriendo...

Charla-coloquio al completo en el siguiente vídeo (duración: 2 horas 25 minutos):