Antonio Moreno – Experiencias (1ª Parte)

Mis Encuentros con los OVNIs

En el año 1968, con diecisiete años empecé a leer en los diarios de mi provincia (Valencia) los encuentros con OVNIs, de pilotos de avión y todo tipo de personas que avistaban estos objetos extraños que empezaban a llenar los cielos de la geografía española.

Lo curioso es que el fenómeno no me pareció nada extraño, dentro de mi sentí como si una voz me dijera “Ya están aquí”.

En la primavera del 1969, celebrando las fiestas de las fallas en la capital valenciana donde yo vivía, siendo ya de noche me marché a visitar a mi novia como hacia todos los días, que vivía dos calles más abajo.

Tenía que pasar por una calle un poco oscura, que hacia pared con un jardín, y al llegar a mitad de la calle pude visualizar una especie de espiral color naranja que giraba sobre si misma, desplazándose silenciosamente, pasando a la altura de un edificio de unos cinco pisos. Dos niños venían en sentido contrario al que yo iba y les señale este objeto para que lo miraran. Ellos gritaron agitados:

¡Un platillo volante! ¡Vamos ha decírselo al papa!

Y salieron corriendo hacia su casa.

El objeto desapareció, siendo ocultado por otros edificios.

Esta fue mi primera iniciación en el mundillo OVNI, vista desde la distancia, lo observo fríamente, pero aquello conmocionó mi vida.

Días después en un día totalmente despejado de primavera, muy cerca del anterior lugar, sin obstáculos visuales, vi aparecer de la nada en un inmenso cielo azul, tres platillos volantes color plateado en formación triangular, que hicieron un recorrido de unos quinientos metros – yo corrí por la calle para no perderlos de vista – y desaparecieron de la misma forma que aparecieron, en la nada, me quede atónito, fue el caso más claro que he visto en mi vida, y este caso me impulsó a buscar respuestas a las preguntas que empezaban a agolparse en mi mente.

Ello me llevó a apuntarme a una asociación de investigación de campo de jóvenes que tenían las mismas inquietudes que yo. Esta asociación se llamaba ADIASA y estaba ubicada en Sevilla. En el año 1969, tuve ocasión de viajar a Sevilla y establecer un mayor vínculo de amistad. Allí también conocí a gente que pertenecía a otra asociación de investigación OVNI, llamada RNC, red nacional de corresponsales. Fueron años de mucha actividad indagadora, la única revista española que escribía sobre estos temas era “ALGO”, una revista de divulgación científica que tenia un apartado para fenómenos paranormales, allí pude leer los primeros artículos de Enrique de Vicente, actual director de la revista “Año Cero”.

Al final el apartado fenoménico y ovni de la revista se separó, me imagino que por incompatibilidades, y fundaron la revista Karma-7.

Tuve ocasión de cartearme con un señor que poseía capacidades psíquicas llamado José Roca Muntañola (del nombre no estoy seguro), sobre un fenómeno de abducciones y de fenómenos extraños que ocurrían en una población tarraconense cercana a la central nuclear de Vandellos y que él investigó. Cuando le pregunte: ¿Qué está pasando en Tivissa?, el me contestó que todavía era muy joven para saber lo que ocurría allí. Tuve ocasión de visitar el lugar con unos amigos y allí nadie sabía nada, pero la vibración que yo note allí, no me gustó.

En el año 1974, la Misión Rama que vivió Sixto en Perú se extendió a España con mucha fuerza y fueron muchos los jóvenes españoles que empezaron a contactar con escritura automática con supuestos extraterrestres, yo tuve ocasión de conocer a varios grupos, acampadas afines y todo tipo de actividades que aquello trajo. Muchos quedaron en el camino después de la “Gran ilusión”, pues el deseo atrae aquello que deseas.

En el año 1976 conocí un grupo rama que formaron una orden esotérica, con un antiguo miembro Rosacruz, que se hizo llamar “Orden Rama”, el nombre del antiguo dirigente de la raza blanca, el RAMAYANA esta basado en su vida. En esta orden estuve año y medio, fue una muy grata y positiva experiencia. Fue al principio del 1977 que volví a ver en la misma ciudad de Valencia anocheciendo una gran bola de luz de color rosa metálico con una cola muy larga que aparentemente se estrelló detrás de unos edificios. Todo en silencio, había más gente en la avenida que yo estaba, pero no parecieron ver nada. Me acerqué a los edificios sabiendo que no encontraría nada, y así fue.

La última vez que vi un ovni fue en el año 1997 en Egipto, con dos compañeros, a unos doscientos metros de nosotros en el Monte Sinaí, que significa monte de la Luna.

Pasamos la noche en la cumbre esperando el amanecer y en el cielo tuvimos un grupo de luces acompañándonos.

En realidad estamos rodeados de fenómenos que nos hablan de lo inconsistente que es nuestra realidad cartesiana y que deberíamos abrir nuestra mente aceptando esa máxima del filosofo francés Teilhard de Chardin (imagen de la izquierda). “Solo la realidad supera a la fantasía”, porque nuestras fantasías están basadas en lo que conocemos, pero la realidad va mucho más allá de nuestras fantasías justamente porque la desconocemos conscientemente.

Antonio Moreno Moreno