EmocionesLas enfermedades son una tentativa de autocuración, una reacción biológica de supervivencia frente a un acontecimiento emocionalmente incontrolable, de manera que cualquier órgano dañado corresponde a un sentimiento preciso y tiene una relación directa con las emociones y los pensamientos. Junto al doctor Philippe Levy, Flèche creó nuevos protocolos para organizar un método de diagnóstico original emocional y una nueva forma de terapia breve que busca en las emociones el origen y la solución a las enfermedades. Tiene publicados 17 libros sobre la descodificación biológica, cuatro de ellos traducidos al español. El cuerpo como herramienta de curación (Obelisco) ha vendido tres ediciones.
El cuerpo es nuestra herramienta de curación?
Yo era enfermero en un hospital de Normandía y 
observe que pacientes con la misma enfermedad, tratamiento y doctor 
evolucionaban de manera muy diferente.
Bueno, cada uno es cada cual...
Exacto, mi hipótesis es que las enfermedades son 
una metáfora de las necesidades físicas y emocionales de nuestro cuerpo.
 Cuando no hay una solución exterior a esa necesidad, hay una solución 
interior.
¿Eso es para usted la enfermedad?
Sí, una solución de adaptación. Cada órgano del 
cuerpo quiere satisfacer su propia función, es decir, atrapar oxígeno, 
alimentos... Si el cuerpo quiere comer, pero en el exterior hay guerra y
 no lo consigue en un plazo razonable, se produce un shock.
¿Nace el conflicto?
Sí, el inconsciente inventa una vía suplementaria 
de supervivencia: un síntoma, que es una solución o una tentativa de 
solución inconsciente e involuntaria a ese shock vivido. En ese caso, el
 miedo a morir de inanición atacaría el hígado.
Póngame otro ejemplo.
Una persona que siempre tiene prisa puede 
desarrollar un nódulo en el tiroides, que envía más tiroxina y aumenta 
el metabolismo del cuerpo, eso la hará más rápida.
Pero tener prisa es psicológico.
Todo lo que captamos a través de los cinco 
sentidos, de los captadores neurovegetativos que vienen del interior del
 cuerpo, lo que pensamos o imaginamos, se traduce en realidad biológica.
¿Y provoca un síntoma?
Si no hay una solución concreta y consciente, sí. 
De manera que si escuchamos algo muy desagradable que nos afecta podemos
 tener acidez de estómago. Y hay algo muy importante que tener en 
cuenta.
Dígame.
El cerebro no distingue entre lo real o lo 
imaginario. Un trozo de limón en la boca o la idea de un trozo de limón 
en la boca provocan la misma salivación. En función del sentimiento 
particular, el shock afecta a una zona precisa del cerebro, visible por 
el escáner, a un órgano y a una realidad energética.
¿Realidad energética?
Somos una unidad compuesta de cuatro realidades 
inseparables: orgánica, cerebral, psíquica y energética. No hay ni una 
sola célula del cuerpo que escape al control del cerebro, y este no 
escapa al control del pensamiento, consciente o inconsciente; de manera 
que ni una célula del cuerpo escapa al psiquismo. Un shock siempre va 
acompañado de un sentimiento personal que repercute en los cuatro 
niveles biológicos.
¿Y es irreversible?
Cuando encontramos la solución esos cuatro niveles 
sanan simultáneamente. Una paciente tenía dolor en el hombro. "¿Desde 
cuándo?", le pregunté. "La primera vez estaba sola con mis hijos" "Si 
estas con tus hijos, no estás sola, ¿quién falta?" "Mi marido que nunca 
está, yo necesito estar arropada". Cuando lo reconoció, el dolor 
desapareció.
A lo largo de un día no satisfacemos todas nuestras necesidades fundamentales.
Cuando no las satisfacemos, nace una emoción. Si esa emoción se 
libera en el exterior bajo una forma artística, a través de la palabra, 
el baile o los sueños... todo va bien. Cuando el acontecimiento no está 
expresado, queda impreso y el cuerpo será el último teatro de ese 
evento.
¿Todo conflicto provoca enfermedad?
No, es necesario que sea dramático, imprevisto, 
vivido en soledad y sin solución. Cuando se dan estos cuatro criterios, 
el trauma se manifestará a través de la biología.
¿Distintas emociones corresponden a distintos órganos del cuerpo?
Sí, todo lo que tiene que ver con la epidermis 
responde a conflictos de separación; el esqueleto, a una 
desvalorización; la vejiga corresponde a conflictos de territorio. Para 
las mujeres diestras, problemas en el seno y hombro izquierdos 
corresponden a problemas con los hijos y viceversa para las zurdas; los 
desajustes en el seno y hombro derechos corresponden para las diestras a
 problemas con la pareja y viceversa.
¿Estómago e intestino?
No tener lo que se quiere y no poder digerir lo que
 se tiene corresponde al duodeno y estómago. El colon corresponde a un 
conflicto asqueroso, podrido. En el recto están los problemas de 
identidad: "No me respetan y me dejan de lado". Los riñones es la 
pérdida de puntos de referencia. Los huesos: grave conflicto de 
desvalorización...
¿Lo adecuado para estar sano?
Revalorizar las emociones, ser consciente de las 
emociones y expresarlas, es decir: bailar más a menudo. La gente está 
mucho tiempo en lo emocional pero son emociones procuradas: fútbol, 
cine... Un malestar compartido disminuye a la mitad, continúa 
compartiéndolo y acabará desapareciendo. Una felicidad compartida se 
multiplica por dos.
La ira y la violencia se expresan a sus anchas.
Un hombre tiene miedo, el miedo produce rabia, y la
 descarga enfadándose con su mujer. Cuando estamos en contacto con la 
emoción auténtica, se transforma; cuando lo estamos con la emoción de 
superficie, no hay cambio. Si el hombre se dice: "Lo que tengo es 
miedo", su miedo disminuye a la mitad. Hay que tomar conciencia de uno 
mismo.
Agradecimientos a Jorge Peña


