La flor que no sabía florecer‏


Erase una flor cuyo mayor deseo era florecer, era tanta su obstinación que no pensaba en otra cosa. No dejaba de observar a las otras flores que lucían bien desplegadas y hermosas mientras se decía: "¿Por qué no puedo ser como ellas?, ah ya lo sé, soy demasiado torpe!! por eso no he florecido ya....." se lamentaba para sí misma la pequeña florecita, todavía replegada en capullo.

Una abejita se acercó a ella y le pidió educadamente si tendría la amabilidad de abrir sus pétalos para recolectar un poco de su polen, a lo que la flor le contestó: "Que más quisiera yo, ojalá pudiera ayudarte, pero no sé como hacerlo, lo intento y lo intento mas nada ocurre....ve y busca otra flor, yo no sirvo para nada". "Oh, no te preocupes, ya verás como florecerás mañana, tan solo estírate todo lo que puedas para recibir la luz del sol y absorve con tus raíces todo el agua que puedas. Esfuérzate duro y verás como tendrás éxito", fue la respuesta de la abejita, "¿De verdad lo crees así?" preguntó entusiasmada la florecita. "Por supuesto, sé emprendedora, auto-exigente, trabaja duro....y lo conseguirás!".....dijo la abejita mientras se alejaba volando y se adentraba en otra flor cercana.

La florecita con fuerzas renovadas gracias a las palabras de la abeja, se estiró lo más que pudo concentrándose en recibir la mayor cantidad de sol al tiempo que dirigía su atención también a sus raíces, para absorver todo el agua que pudiera del subsuelo de la tierra donde paraba plantada. Se esforzó y se esforzó, hasta que cayó rendida dormida al caer el sol en el atardecer. A la mañana siguiente cuando despertó, no lo podía creer, se llevó una gran decepción, no había movido ni un solo pétalo, seguía exactamente igual de cerrada. La flor abatida, se abandonó y empezó a languidecer, dejó de prestar atención a los rayos del sol, ya le daba exactamente igual sus propias raíces....se sentía frustrada, estaba colérica consigo misma y cayó en depresión....

De repente, una suave brisa comenzó a mecer a la flor, la balanceaba de un lado a otro, de arriba hacia abajo, en una enigmática danza...."Para brisa, déjame! no me perturbes, ve a balancear a otra flor o a cualquier arbusto, pero a mí déjame en paz por favor, no estoy de humor para jueguecitos...." fue la reacción de la flor ante aquella juguetona y traviesa brisa.

"Ja,ja, ¿pero qué te pasa, a qué viene ese ánimo tan agrio?", quiso saber la brisa. "Va, ¿y a ti que más te da?, vete a importunar a otro lado", fue la áspera respuesta de la flor. "No me iré hasta que satisfagas mi curiosidad", respondió la brisa sin dejar de mecer a la flor. "Está bien, te lo diré, pero luego te vas, ¿entendido?, estoy así porque me esforcé y me esforcé y no conseguí abrir mis testarudos pétalos....soy una fracasada, si no fuera tan torpe!.....nunca lo conseguiré..." se lamentaba la florecita. A lo que la brisa le contestó:

"Ja,ja, te tomas la vida, y tu crecimiento demasiado en serio, ja,ja...tu propio esfuerzo te impedía lograrlo, no tienes que esforzarte para Ser tú en todo en tu esplendor, tan solo tienes que dejarte fluir con la naturaleza que te rodea. Fluye con todo aquello que te acaece y sucede en todo momento, ya sea el sol, la lluvia, el fuerte viento o los insectos.....fluye de tal manera que puedas sentir que no estás separada del resto de la naturaleza que te rodea y te abraza....cuando recibas al sol siente que eres el sol, cuando recibas la lluvia, siente que eres la lluvia, cuando te zarandeen los fuertes vientos, siente que eres el viento, cuando te ataque algún insecto, siente que eres ese insecto....pues toda la existencia reside en ti, así como tú resides en toda la existencia"

La flor quedó sobrecogida, las palabras de la brisa resonaron bien fuerte en su interior, aún con el tono burlón, algo dentro de ella le indicaba que esas palabras eran sabias y verdaderas. Y añadió:

"Eso que has manifestado es muy bello, pero yo no estoy segura de saber fluir como dices.....y perdóname por mi torpeza, es que soy una calamidad, siento que no valgo para nada, no sé que hacer....ayúdame brisa, muéstrame como fluir....."

"AMATE SIN CONDICIONES, SIN JUICIOS, SIN CULPAS Y SIN MIEDOS", fue la directa y concisa respuesta de la burlona pero bondadosa brisa, a la que su compasión superaba a su espíritu travieso.

Y en ese mismo instante, como si de pronto hubiese alcanzado la iluminación, la flor floreció.


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