Karma


Cuando juzgamos creamos karma negativo, le estamos diciendo a otra alma si es digna o indigna. Cristo no juzgó ni siquiera aquellos que le escupieron en la cara, ni a quienes le vejaron y torturaron. Pidió perdón para ellos. ¿Es que Cristo no conocía el significado de la justicia?

La mayoría de la gente cree que nuestra evolución de desarrolla en una única vida. Sin embargo, el alma vive distintas vidas a través de diferentes personalidades. La perspectiva del alma es inmensa y no tiene las limitaciones de la personalidad.

Las almas que han optado por un sendero de evolución han encarnado sus energías muchas veces. Para cada encarnación, el alma crea una personalidad y un cuerpo diferentes. Cada personalidad hace su contribución a la evolución de su alma y lo hace con sus lecciones por aprender, consciente o inconscientemente y mediante sus experiencias.

Cada característica física, emocional y psicológica que constituyen la personalidad está perfectamente adecuada a los objetivos del alma.

Desde el punto de vista del alma, todas sus encarnaciones son simultáneas, todas sus personalidades existen a la vez. Por tanto, cualquier liberación (superación) de negatividad que tenga lugar en una de las encarnaciones, tendrá efectos beneficiosos para todas las demás encarnaciones del alma.

El alma existe. No tiene principio ni fin, pero fluye hacia la totalidad. La personalidad es una herramienta energética a la que el alma se amolda para funcionar dentro del mundo físico. Cada personalidad es única, porque la configuración de energía de la conciencia que la formó es única. Es la imagen de la conciencia.

Cada acción, cada pensamiento y cada sentimiento está motivado por una intención y esa intención es una causa que va unida a un efecto. Si participamos en la causa es imposible no participar en el efecto. Por tanto, somos responsables de todos nuestros actos. Se ha de ser cuidadoso eligiendo las intenciones en función de los efectos que deseamos generar.

Dentro de la realidad física, la dinámica del karma se refleja gracias a la siguiente ley:

"A cada fuerza de acción le corresponde una fuerza de reacción igual y opuesta"

La persona que proyecta odio hacia los demás experimentará la intención del odio de los demás. La persona que proyecta amor hacia los demás experimentará la intención de amor de los demás. Luego:

"recibes del mundo lo que tú le das al mundo"

En esta 3ª dimensión ocurre que nos manejamos con las variables tiempo/espacio, estas hacen que no siempre percibamos la relación causa-efecto de nuestras intenciones de manera instantanea, directa y clara. Si no se conoce el alma, la reencarnación y el karma, no siempre será posible que la personalidad comprenda el significado de los acontecimientos de su vida, o que comprenda los efectos de sus respuestas ante ellos.

Por ejemplo; una persona que se aprovecha de los demás genera un desequilibrio de energía que debe corregirse mediante la experiencia de que los demás se aprovechen de ella. Si esto no puede conseguirse en el transcurso de la vida de esta personalidad, otra de sus personalidades pasará por este trance. Si esa personalidad no comprende que la experiencia de que los demás se aprovechen de ella es el efecto de una causa previa, se lo tomará de manera personal (el karma es impersonal), quizas se enfade o se deprima. Cada una de estas respuestas genera karma, otro desequilibrio de energía que, a su vez deberá ser equilibrado (deuda kármica).

Para convertirse en un todo, el alma debe equilibrar su energía. Tiene que experimentar los efectos que ha causado.

Para sanar karma, la personalidad debe ver más allá de sí misma y percibir la interacción de las almas. Esta percepción genera automaticamante compasión.

Dado que no podemos saber lo que está sanando a través de cada interacción, no podemos juzgar lo que vemos. Por ejemplo, si vemos a una persona durmiendo en pleno invierno en un parque, no sabemos lo que se está completando en su alma. Es apropiado que respondamos de forma compasiva, pero no es apropiado que percibamos la situación como algo injusto, porque no lo es. Cuando juzgamos creamos karma negativo, le estamos diciendo a otra alma si es digna o indigna. Cristo no juzgó ni siquiera aquellos que le escupieron en la cara, ni a quienes le vejaron y torturaron. Pidió perdón para ellos. ¿Es que Cristo no conocía el significado de la justicia?

Significa esto que no debemos actuar ante situaciones que consideramos inasumibles e incomprensibles: no. Si un coche choca con el nuestro, y el otro conductor está ebrio. Lo adecuado es que el otro conductor asuma la responsabilidad de los daños ante los tribunales. Pero no es apropiado permitir que nuestras acciones estén motivadas por un sentimiento de indignación, de enjuiciamiento o de victimización. Estas evaluaciones son juicios que nos hacen vernos superiores a la otra persona.

Los sentimientos son los medios a través de los cuales, podemos discernir las partes de sí misma que el alma intenta sanar (acción del alma en la materia física).

El camino hacia su propia alma discurre a través del corazón.

unaredhumana.com


Ahora os propongo un video

Se trata de un estupendo programa de tv llamado "Hacete Cargo" por Claudio María Dominguez.


youtube.com/user/ESPIRITUALIDAD

Más del programa "Hacete Cargo":
¡Que lo disfruten!