Debido a la magnitud de esta Entrada, la voy a dividir en varias partes para así no sobrecargar la página y yo poder preparar las demás, lo que si os puedo decir, es que voy a intentar poner una Entrada diaria.
Esta Entrada está dedicada a todos aquellos que les fascina (me incluyo) el Mundo Maya, muchos de ustedes me lo habíais solicitado vía email.
Mi punto de vista
En estos tiempos que corren de incertidumbre, de necesidad, de paro, de enfermedades, de cambios extraños en la temperatura, de cambios del medio ambiente, de cada vez más falta de credibilidad hacia nuestros políticos, de conversaciones un tanto poco usuales que jamás hubiéramos pensado antes cuando vamos a comprar el pan, de meditación cada vez más con nosotros mismos. Y otras muchas señales que en estos momentos no recuerdo, señales que nos hacen pensar mas sobre nuestro futuro y el de nuestro hijos, señales de las que habemos mucha gente en las que también prevemos un cambio.
Pienso que a los pueblos mayas les sucedió algo parecido, después de muchas guerras entre ellos, de acabar con todos los recursos naturales, de la deforestación que produjeron, terminaron con ellos mismos. Ellos (los Sacerdotes Mayas) no pudieron prever lo que les iban a suceder, (o a lo mejor si), ellos no tuvieron ayuda en las predicciones de sus antepasados como las tenemos nosotros de ellos, que pienso que debemos aprovechar para que no nos suceda lo mismo.
La caída de los mayas: "Ellos mismos la ocasionaron"
"Los mayas casi siempre son descriptos como personas que vivían en total armonía con su entorno", relata el estudiante de doctorado Robert Griffin. "Pero al igual que muchas otras culturas que vivieron antes o después de ellos, los mayas terminaron deforestando y destruyendo su paisaje como resultado de sus esfuerzos por ganarse la vida a duras penas en épocas difíciles".
Una gran sequía tuvo lugar cerca del momento histórico durante el cual los mayas comenzaron a desaparecer. Y, al momento de su caída, ya los mayas habían cortado la mayor parte de los árboles ubicados a lo largo de grandes franjas de tierra con el fin de despejar terreno para cultivar el maíz que alimentaría a su creciente población. Ellos también cortaron árboles para usarlos como leña y para hacer materiales de construcción.
"Tenían que quemar 20 árboles para calentar la piedra caliza que les servía para hacer apenas 1 metro cuadrado de cal que utilizaban como material para construir sus formidables templos, represas y monumentos", explica Sever.
"Simulamos tanto el mejor escenario como el peor: una deforestación del 100 por ciento en el área de los mayas y también un área sin deforestación", dice Sever. "Obtuvimos resultados reveladores. La pérdida de todos los árboles causó un aumento de entre 3 y 5 grados en la temperatura y una disminución de entre el 20 y el 30 por ciento en las precipitaciones".
"Lo que nosotros creemos es que la sequía ocurrió de modo distinto en diferentes áreas", explica Griffin. "Nuestra hipótesis es que los aumentos de la temperatura y las disminuciones de las precipitaciones ocasionadas por la deforestación local causaron problemas lo suficientemente graves como para 'empujar hacia el precipicio' a algunas, aunque no a todas, las ciudades-estado".
Los mayas llevaron a cabo la deforestación mediante la agricultura de tala y quema (un método que, en la actualidad, todavía es utilizado sobre sus antiguas y gastadas tierras, lo cual ha ayudado a los investigadores a entender mejor cómo funciona el proceso).
Pero, ¿qué ocurre si no se deja la tierra en barbecho el tiempo suficiente como para que se pueda recuperar? ¿Y qué sucede si se tala más y más tierra para poder satisfacer la demanda de alimento?
"Nosotros creemos que eso fue lo que ocurrió", dice Griffin. "Los mayas arrasaron con extensas porciones de tierra cultivándolas en exceso".
"Las ciudades trataron de mantener una reserva de agua que durara un período de 18 meses", dice Sever. "En Tikal, por ejemplo, había un sistema de represa que contenía millones de galones de agua. Sin suficientes precipitaciones, las reservas se secaron". La sed y la hambruna no colaboran para mantener feliz a una población. Como dice la expresión: lo demás es historia.
Ningún factor puede, por sí mismo, llevar a toda una civilización a la ruina, pero la deforestación que ayudó para que se produjera la sequía podría muy fácilmente haber exacerbado otros problemas como: disturbios sociales, guerra, hambre y enfermedades.
Muchos de esos hallazgos son el resultado de técnicas de imágenes que tienen como base el espacio, señala Sever. "Mediante la interpretación de datos de satélite obtenidos por medio del espectro infrarrojo, hemos localizado cientos de ciudades antiguas abandonadas cuya existencia se desconocía. Los mayas utilizaron yeso como base para construir sus grandiosas ciudades, repletas de templos ornamentales, observatorios y pirámides. Durante cientos de años, la cal se ha ido filtrando hacia el suelo. Como resultado, la vegetación que crece alrededor de las ruinas luce muy distinta de las demás, cuando se la observa en la actualidad mediante una luz infrarroja".