Recuerdos de la Atlántida (10ª Parte)



Recuerdo que habiendo sido ya Iniciados en las cámaras ocultas del Templo, desarrollamos potencialmente nuestras facultades: telepatía, telequinesis, control y comunicación con los elementales, etc.; pero para llegar a ello tuvimos primero que conocer a profundidad nuestra propia mente en sus fuerzas y debilidades, para poder obtener su control y con él, nuestro desarrollo pleno.

Aprendimos que como creadora de los conceptos del ‘bien’ y del ‘mal’, la “MENTE HUMANA” es su fuente original y por lo tanto, ella misma es el “ARBOL DEL CONOCIMIENTO DEL BIEN Y DEL MAL”, símbolo éste de los Sagrados Misterios Maya Atlantes y del Génesis Bíblico como parte clave en la proyección del ser humano al nivel físico:



“…De todo árbol del jardín podrás comer;
pero del Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal,
no comerás; pues el día que de él comas,
ciertamente morirás.”
(Torah, Génesis 2, 16)

En su individualidad y por su libre albedrío el ser humano ‘separa’ su mente de la Gran Mente Universal al ACTIVAR SU RAZÓN “EGO”, al sentirse “AUTÓNOMO” Y “AUTOSUFICIENTE”, olvidando su conexión vital, dependencia y simbiosis con todo y con el Todo.

Consecuente a esto, en ese instante se proyecta a otro nivel mas bajo, ‘muere’ simbólicamente por acción de su propia mente y razonamiento, al pensarse autónomo e independiente de su Creador, es decir que se manifiesta “en un nivel a parte” al vibrar más denso.

Dicho proceso se sucede por la conocida e inevitable “LEY DE AFINIDAD”, en la cual es el propio Ser quien se coloca en un nivel superior o inferior según sea su rata vibratoria, su nivel de manifestación álmico-mental.

Alimentarse de sus propios razonamientos es lo que equivale a “comer del Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal”….. la propia razón y mente “Ego”.

La mente del ser humano a través de sus complejos razonamientos va creando distintas ideas, mismas que convierte en ‘realidades’ para él, caminos que como encrucijadas son ramificaciones mil en su propio sendero, tantas como las que tiene un grande y viejo árbol; por ello su mente es llamada y simbolizada de manera acertada como el “Árbol de la Ciencia del Bien y del Mal”.

Puede ser entonces herramienta engañosa la mente, que en sus complejidades confunde y distorsiona la Verdad Única o Universal llegando al momento en el que pierde de vista su base natural, original y sencilla, a través de la cual podría y sabría fácilmente retornar a su Fuente Divina, quedándose por el contrario perdido en las apariencias de una errónea, confusa o nublada visión de la vida.

Analizando los pasajes del Génesis, comprendemos que fue entonces el hombre mismo al “alimentarse del fruto del Árbol de la Ciencia del Bien y del Mal”, es decir de su ego (al activar su razón independiente y compleja, al “razonar en egocentrismo”) quien se apartó del Todo Nivel Puro Espiritual y Divino proyectándose a un nivel más denso.

Ya en ese otro nivel, es en el cual el Génesis nos dice que el hombre y la mujer “se dieron cuenta de que estaban desnudos”, esto quiere decir que “ven o reconocen un cuerpo etéreo-físico”, el que antes no vieron pues no lo tenían como tal por que vibraban en un nivel puro Espiritual sin cuerpo material. Ese detalle confirma el cambio de nivel vibratorio, el paso de un estado a otro.

Nadie los castigó, ni condenó, sino que todo fue y es una consecuencia natural de sus cambios vibratorios, un efecto específico por una causa bien definida. Todo funcionando bajo la regencia de las Leyes Divinas Inamovibles e inevitables, naturales ya conocidas.

Ese paso de un nivel sutil etéreo Espiritual a un nivel más denso físico, es representado en los Sagrados Misterios como “muerte”, mas se refiere a que deja de manifestarse en Vida Eterna (nivel Puro Espiritual), al proyectarse a un nivel etéreo-físico en cuerpo denso perecedero.

El ‘nacimiento’ y la ‘muerte’, son tan solo expresiones definitorias, nombres específicos para el “cambio cíclico de la existencia”, la cual como energía oscilante se mueve de una dimensión a otra, es decir de un nivel vibratorio a otro en una constante y siguiendo un Patrón Natural Divino.
 


“….Y la mujer percibió que el árbol era bueno como alimento,
y que era un deleite para los ojos,
y que el árbol era deseable como un medio para alcanzar la sabiduría,
y ella tomó de su fruto y comió;
y también le dio a su marido junto a ella y él comió.
Entonces los ojos de ambos se abrieron
y se dieron cuenta de que estaban desnudos;
y cosieron una hoja de higuera y se hicieron faldillas”.
Torah, Génesis 3, 4-7


Vemos también confirmado el cambio vibratorio, cuando el Génesis dice “los ojos de ambos se abrieron” significa que “renacieron a un nivel vibratorio distinto del cual estaban”, es decir que “fueron conscientes”, que se dieron cuenta de que se proyectaron y reaparecieron a un estado diferente, un nivel más denso. Esto provocado por su propia mente.

En la Lápida Atlante o Biblia Pétrea, corroborando lo escrito en el pasaje de la Torah, se puede ver al hombre-mujer precisamente vestido solo con una “faldilla” y del lado izquierdo del diseño (hacia el oeste) “en dirección hacia el anochecer” se ve el símbolo de le Presencia Divina, el símbolo Dios-Paraíso, “el Eterno Dios” como lo describe en Génesis 3, 8:
“Oyeron la voz de El Eterno Dios
que andaba en el jardín en dirección
hacia el anochecer (oeste).”

 

Este símbolo sagrado (imagen izquierda) que se encuentra en la Torah Atlante contiene al “Ollín”, “el Movimiento Sagrado” que dio origen a la vida, es “el Verbo”, “Dios Manifestado” y por lo tanto es el símbolo representativo de Dios y del Paraíso (Edén). Como confirmación del mismo se puede ver este símbolo sagrado del otro lado del océano en la escritura Sumeria (imagen derecha) con el mismo equivalente: 
 
Dios-Paraíso o Dios-Cielo…… “El Eterno Dios”.

Descubriendo todos los simbolismos que conforman el “Arbol del Conocimiento del Bien y del Mal” grabado en la Torah Atlante, veremos en seguida la imagen de la misma y debajo de ella, dos imágenes separadas, sacadas o decodificadas del mismo diseño. Estas dos imágenes son una sola, son el mismo diseño pero girado 180°.

La primera imagen (izquierda) representa ‘el Bien’ y la segunda (derecha) el ‘Mal’ y son la característica principal del “Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal”, pues es a través de ellas que se le reconoce y se le puede identificar fácilmente con ese nombre.

Se puede ver también en el mismo grabado otros detalles claves e importantes, como la “serpiente”, entre las ramas del simbólico árbol y a la mujer-hombre “tomando” con su mano el “fruto prohibido”.


“ÁRBOL DEL CONOCIMIENTO DEL BIEN Y DEL MAL”




El “Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal” hace referencia a un Plano Mental Etéreo-Físico. Muestra la proyección del Ser al nivel físico, levantándose sobre la base de una bipolaridad.

Mas debemos ser conscientes de que en el origen esta bipolaridad no se mostraba dual, era una sola, estaba fusionada, igual como vemos que en el diseño original de la Lápida las imágenes del ‘bien’ y del ‘mal’ están unidas conformando una sola imagen; pero observemos que cuando esta esencia bipolar sube y atraviesa por la mente del ser humano es entonces cuando se expresa dividida y se convierte en posible inclinación de una balanza.

Por ello más arriba del hombre-mujer se pueden ver “dos serpientes” (representativas del conocimiento y de las energías bipolares + -) sobre el Árbol (mente) como partes ya de un conocimiento dual y de una mentalidad divida.

La vida es una verdadera escuela y todo esto ha sido una gran enseñanza, pues se nos ha permitido en esta tercera dimensión conocer las polaridades separadas. ¿Para que?:

  • Para saber que existen como base de la vida y ser concientes cómo son cada una desde su extremo.

  • Para darnos cuenta de que no existe la una sin la otra, pues son partes complementarias de un Todo.

  • Para reconocer que nada es un error y que todo tiene un por qué.

  • Para comprender como funciona la vida a profundidad y respetarla como tal.

  • Y para ser concientes que el verdadero poder de la misma reside en la Unión de su todo, no en la división.

  • Llegando a la conclusión de que si en su origen se encontraban fusionadas, así es como deben estar y así deben ser proyectadas por nuestra “Razón y Mente”.


Adentrarnos en los Sagrados Misterios, observar los grabados Atlantes y profundizar su enseñanza, nos ayuda a descubrir las claves de nuestra Existencia y Ascensión.


Si nuestra propia “razón egocéntrica y separatista” (“alimentarnos del fruto del Árbol de la Ciencia del Bien y del Mal”) nos hizo ‘morir’ al nivel Elevado de Conciencia; de manera inversa, la anulación de ese razonamiento individualista por EL RECONOCIMIENTO DE NUESTRA UNIÓN PLENA Y DEPENDENCIA AL TODO Y A TODOS, NOS PROYECTARÁ A UN NIVEL ELEVADO ESPIRITUAL, ARMONIOSO Y DE VIDA ETERNA.

Activa tu Intuición y le abrirás la puerta a la Fuente de Sabiduría más grande: LA CONCIENCIA UNIVERSAL….. “EL ÁRBOL DE LA VIDA ETERNA”.

Itzen Caan