Recuerdos de la Atlántida (11ª Parte)


El “Señor del Código” “Hun Nal Yeh”.

Seres de vibración espiritual elevada proyectados desde otra dimensión, fueron los encargados de sembrar en nuestro mundo un Gen Cósmico de su propia especie avanzada, con el cual nos hicieron evolucionar con características a semejanza de ellos mismos.

Los “Dioses Descendentes” como así fueron llamados, seres venidos de las estrellas dirigidos por su gran líder Hun Nal Yeh “Uno Semilla de Maíz” el “Señor del Código”, fueron los encargados de dar al ser humano la forma y capacidades que hoy posee, y de codificar toda esta información genética que nos dejaron en herencia.

En varios escritos y grabados que fueron celosamente resguardados y que aún existen en diferentes lugares alrededor del mundo, se encuentra toda esa información que en este fin de ciclo está siendo develada para mostrar al mundo la verdad de su existencia.
 
Dios descendente. Tulum, Quintana Roo. México.

Al Señor del Código, Hun Nal Yeh “Uno Semilla de Maíz” se le llama con este nombre maya-atlante que lo describe como el “portador de las semillas de la creación”, pero igual se le conoció a través del tiempo y de diferentes regiones con otros nombres, pues él es el mismo dios “Viracocha” quien junto con los “Hijos del Sol” (dioses descendentes) trajeron las semillas que nos conformaron, el alimento sagrado conocido por eso como “el regalo de los dioses”.

Es el mismo Kukulkan, el Kinich Uaxac Ahau de “Pakal” la tierra “Paraíso” la “Atlántida” y es por eso que aún se le ve en la lápida de su tumba con “Una Semilla” en la mano.

Dios Descendente Kukulkan. Hun Nal Yeh “Uno Semilla de Maíz”.

Para comprender que lo que el Rey Kukulkan en esta imagen trae en su mano es “una semilla”, “gen o chispa de la energía bipolar cósmica”, basta con analizar la siguiente imagen en donde se muestra una cruz, la cual representa la expansión de la energía desde el centro del cosmos hacia los cuatro rumbos o puntos cardinales.

Dicha cruz lleva remarcada la dualidad y la bipolaridad de la energía con la aparición de dos semillas o chispas ígneas a sus extremos. Esta a su vez se encuentra dentro de la boca abierta de un “Jaguar” el cual es símbolo que representa al “Cosmos”:

                  Detalle del Panel del Sol,                                         Detalle de la Lápida del Templo
         (parte baja del diseño)                                                     de las Inscripciones.

Los seres humanos debemos saber discernir el que nuestra historia en un pasado remoto abarcaba el mundo como una sola y con el tiempo se fue alterando. Las catástrofes y guerras provocaron fuerte distanciamiento. Las fronteras, separaciones físicas y mentales se fueron intensificando, causando todo esto el perder la unicidad de creencias a nivel global y el no poder darle seguimiento a la historia con sus personajes principales a nivel humanidad con una verdadera hilación; con el tiempo se formaron lagunas enormes en la historia y éstas acrecentaron la separación y confusión.

Entonces toda globalidad desapareció y con ella, la comprensión de la unicidad que en su principio llevó en su vida la humanidad y de todas las experiencias compartidas; que aunque los textos antiguos de diversas y distantes culturas hablan de esta globalidad en sus constantes y coincidentes relatos, las mentes tan acostumbradas a la separación y personalización, no lo aceptan como tal.

Representación de Kukulkan con las semillas de vida en cada una de sus manos como
símbolos de la bipolaridad de la energía, tal como fue encontrado
dentro de su sarcófago, bajo el Templo de las Inscripciones.


Todo se volvió más regional, más personal, hasta llegar tontamente a creer que cada “tribu”, cada “raza” fue creada por sus dioses particulares en su propio y exclusivo Génesis, cuando la realidad es que el ser humano sobre este planeta fue creado como uno solo a nivel humanidad.

Es por esto que la historia maya-atlante nos cuenta cómo los seres fueron creados con un origen común y de manera simultánea para las “cuatro razas nativas” (roja, amarilla, negra y blanca) en las cuales se utilizó el mismo gen cósmico, simbolizado por la semilla de maíz en su diversidad de colores, tal como lo explican los Hopi en su Génesis.

Esto nos debe llevar a comprender que en los varios escritos de culturas antiguas contemporáneas se encuentra referencia a los mismos sucesos y a los mismos personajes, solo con la variedad de nombres por la diferencia de lengua y también por utilizar diversos calificativos para resaltar las distintas cualidades de un mismo ser.

Esto era lo que daba la variante a los tantos nombres de algún dios o rey, aún cuando se referían al mismo personaje.

“Dios descendente” Hun Nal Yeh, el Kinich Uaxac Ahau Kukulkan en el centro
del Disco o Glifo Solar con las semillas de vida en sus manos.

El “Señor del Código” portador de las semillas es clave en el destino de la humanidad y por ello se encuentra grabado en el Glifo Solar o Calendario, así como también en la Torá pétrea, lápida de la tumba de Kukulkan en Palenque.

Este ser cósmico por estar en el centro del Disco Solar, además de fungir como “Eje” de toda la historia de la humanidad, se encuentra posicionado en lo que corresponde a la “Quinta Era” o “Quinto Sol” en la cual nos encontramos y que corresponde al “final de un Gran Ciclo”, que contrario a lo que mucha gente cree no marca esto el fin del mundo sino el “gran cambio de nivel vibratorio”, la “gran transformación de la vida”.

Dicho gran cambio se encuentra particularmente señalado en el glifo solar por las dos serpientes que lo circundan y encierran cada una por mitad, representando con ello dos grandes ciclos de alrededor de 26,000 años cada uno. Las serpientes como sabemos son símbolo de la energía y de la reencarnación, pero es importante observar que estas serpientes tienen “cabezas y patas de Camaleón”, lo cual es también otra “clave” importante para comprender la realidad de este tema que tanto confunde a la humanidad.

                                                        Camaleón con cuerno

El Camaleón es el símbolo idóneo para representar la transformación que sufrirá este mundo con todo lo que en él encierra y el adaptamiento a esos grandes cambios que tienen que lograr los seres que en él se quieran mantener y así poder sobrevivir.

Hace miles de años en nuestro tiempo atlante, fue creado el Disco o Glifo Solar original hecho con un material especial de cristal de roca, lo que le daba una apariencia hermosa pues dejaba traslucir la luz del sol. De este Glifo Solar original se sacó una copia en piedra que fue guardada por los Mexicas y Aztecas posteriormente, que es el que se conoce en la actualidad; mas el original fue cuidadosamente escondido en un lugar profundo en la ciudad poderosa de Teotihuacán.

El nombre de “Disco Solar” o “Glifo Solar” no solo se debe a que en él se encuentra representado el sol o sus ciclos, sino por que el ser cósmico que transmitió todo ese conocimiento inscrito ahí, es precisamente llamado a nivel cósmico “SHOLAR” que traducido a nuestra lengua antigua es “KINICH”; por esto él es el “Kinich Ahau” nuestro “Señor y Rey Solar” y por lo mismo nuestro sistema planetario se llama no por casualidad “Sistema Solar”.

Dentro de los Sagrados Misterios Atlantes aprendimos que cada sistema planetario en el Universo tiene un líder de nivel espiritual muy elevado, guía o tutor que cuida la evolución del mismo y es siempre el nombre de estos tutores con el que se bautiza o se conoce a nivel cósmico a cada uno de dichos sistemas. Como ejemplo podemos mencionar que el Sistema de Lira tiene un guía espiritual conocido a nivel cósmico como “Lira” precisamente y el Kan Mayor o Sistema de Sirio tiene a su guía, nuestro gran padre “Sirio”.


 
El ser cósmico que se encuentra en el centro del glifo solar, al estar en ese punto clave posicionado, está señalando que forma parte tanto del “inicio” del ciclo de la humanidad como del “fin” del mismo.

Comprendamos esto mejor.

POR EL INICIO DE CICLO:

  - Se le ve en posición descendente y con la boca abierta, esto quiere decir que es un ser que vino del espacio y que nos transmitió el “halito divino que nos dio vida”.

  - En cada una de sus manos trae una semilla, las cuales representan la bipolaridad de la vida. Son el gen que nos conformó.

  - Él, por lo anterior es descrito como “el Portador de las Semillas”, el “Creador de los Seres Humanos”, y por lo mismo se encuentran dos rostros de dos seres humanos renaciendo (en la parte baja del diseño y enfrente de él).

  - También porta como orejeras dos discos solares, mismos que lleva el “dios del maíz”, como se puede ver en la primer imagen de este escrito.

  - Por todo lo anterior se comprende que ese dios en el centro del Glifo Solar es el mismo “Hun Nal Yeh” “dios del maíz” dador de vida. El mismo Kukulkan y Kinich Uaxac Ahau transmisor de todo nuestro conocimiento.

Para los que saben leer los glifos mayas, es conocido que el nombre de un rey o dios se encuentra grabado en su ajuar, es decir que en los adornos que porta se describe su personalidad permitiendo ver quien es; este grabado del disco solar no es la excepción, comprobemos entonces a través de los adornos que porta, quien es él en realidad según lo que nuestra gente atlante dejó inscrito en este glifo.


 
Como se puede ver, el ser en el glifo porta en su ajuar “8 discos solares” que a manera de numeral maya nos dicen “UAXAC”, lo cual se confirma pues no solo señala el “ocho” sino que también codificado se encuentra en el mismo término pero al revés, “CAXAU” que quiere decir “Dos Garras”, mismas que en lugar de manos humanas lleva y en las cuales tiene las dos semillas.

Las garras en su simbología múltiple lo señalan como “ave”, “ser de altos vuelos”, es decir “de alto nivel evolutivo y espiritual”, además de que estas garras simulan la forma de la cabeza de una serpiente con las fauces abiertas, lo que nos remite a energía y reencarnación.

También se le ve en “posición descendente” lo que unido a lo anterior nos remite al código “KUKUL-KAN” como “AVE-SERPIENTE” o “AVE-PRECIOSA” que “DESCIENDE AL MUNDO”. Su rostro es el de un inconfundible “Gran Ahau” “Gran Señor y Rey”.

Por todo lo anterior se descubre, según lo inscrito en el Glifo Solar, que ese ser centro y eje del mundo maya-atlante y de la humanidad, es el “KINICH UAXAC AHAU KUKUL KAN”, creador de los hombres, mismo “Dios del Maíz” “HUN NAL YEH”, el “Portador de las semillas”, “Dios Descendente” “Portador del Gen Cósmico”.

Pirámide de Kukul-Kan “Ave-Serpiente” (Chichén Itza). Dios descendente que baja al mundo en el
Equinoccio de Primavera como símbolo de “Vida”, “Renacer” o “Resurrección” de la misma.

Nuestros Misterios Atlantes nos cuentan que este gran ser vino de un sol lejano trayendo a nuestro mundo el gen que codificado guardaba un “LENGUAJE COSMICO-ESPIRITUAL”, mismo que nos llevó a vibrar a niveles más elevados haciéndonos despertar, comprender y razonar la vida con “CONCIENCIA ESPIRITUAL”, permitiéndonos esto percibir el todo de manera Universal más allá de la tercera, hasta la cuarta y quinta dimensión.

Dejamos gracias a ello de ser una especie que formaba parte tan solo del reino animal con todas las características de un mamífero más, pues por y gracias a la implantación de este Gen Cósmico dimos un salto en la evolución natural para pasar a un nivel superior que nos alejaba del reino animal, quedando como intermediarios entre éste y el superior Angelical.

Aún guardada y codificada se encuentra grabada esta información de nuestro Génesis Atlante en una página pétrea de la sagrada Toráh. Esta corresponde al Templo de la Cruz Foliada en Pakal (Palenque, Chiapas, Mex.), la cual tiene grabada la “Cruz Foliada” o “el Árbol de la Vida” precisamente y que describe la creación del ser humano hecho de maíz, a partir de dicho árbol o planta sagrada.

Imagen girada, decodificada del Panel de la Cruz Foliada o Árbol de la Vida.
Página de la Torá Petrea del Génesis Maya-Atlante.

En la imagen anterior ya decodificada (la cual gira mostrando sus diferentes caras a manera de obelisco), se puede ver la escena no solo del nacimiento del ser humano a través de una planta de maíz sino que se observa claramente como fue manipulado y modificado genéticamente por un ser venido del cosmos.

Acercando la imagen se puede ver con más detalle en la parte central al árbol de la vida creciendo y de él, saliendo dos rostros de seres humanos a manera de mazorcas de maíz. Lo más importante es observar que por encima de ellos se ve que en lugar de estar la imagen tradicional del “Ave Fénix” o “Ave Solar”, ésta ha girado para verse de frente y mostrarnos su verdadero rostro.

Tiene el rostro de un Ser Cósmico, un Ser Solar de tipo humano portando un casco, el cual viene “volando”, “descendiendo” y se posa suspendido a cierta distancia del árbol desde donde “manipula” la genética de los hombres por medio de un tipo de extensión en sus brazos.


Implantación y Manipulación Genética.
Parte superior de la imagen decodificada del Panel de la Cruz Foliada o Árbol de la Vida.


 
El dios descendente que se ve en ese diseño porta un casco, lo cual lo señala como un “cosmonauta”, además lleva orejeras con discos solares (igual que Hun Nal Yeh) que conforman el símbolo de “Ave” “Hanab” o “Kukul”, y le cuelga alrededor del cuello el inseparable símbolo del dios Kukul kan (Quetzalcoatl)…la Caracola Marina”.

Es a este ser cósmico precisamente, a quien le rinden tributo los dos ofrendadores que se encuentran a los lados; a él, al “Dios Descendente” “Portador de las Semillas”, al “Señor del Código Hun Nal Yeh” el mismo “Kukul Kan”.

Esta es su verdadera identidad, él es un ser real, un ser cósmico venido del espacio exterior, el cual descendió a nuestro mundo en una época muy antigua trayendo un gen de su misma especie avanzada, y que sembró en nuestro mundo para crear al nuevo ser humano con una modificación genética que lo hizo un ser superior, al serle implantada una semilla con un “lenguaje genético cósmico-espiritual” que lo individualizaría y lo diferenciaría de los seres de los demás reinos de la naturaleza.

 

“…..Del lugar de las delicias, del Paraíso de Paxil y Cayalá
llegaron las canal o mazorcas amarillas
y las zaquihal o mazorcas blancas.
…..Los creadores decidieron que aquella era la comida
más apropiada para el hombre y de aquel alimento
hicieron su carne y asi mismo su sangre.”
Popol Vuh

Dicha implantación o modificación genética es el eslabón perdido que le hizo a la especie humana dar un gran salto evolutivo, convirtiéndola en seres con Conciencia Espiritual propia o individual, y no solo eso, sino que éste Código Genético guardaba programado en su interior todas las capacidades y poderes del Ser Divino que nos lo dio en herencia; por lo tanto esas capacidades nos convierten en “seres cósmicos creadores en potencia” a su imagen y semejanza.

Él, nos heredó su Gen Cósmico y codificó toda esa información en nuestro ADN, “lenguaje original” programado para que al elevar nuestro nivel vibratorio, en el despertar de nuestra conciencia, se rompan los códigos genéticos liberando toda su información y nuestra conformación se transforme una vez más, un paso más arriba para este fin de ciclo, en donde los seres seamos por fin conscientes de nuestra divinidad y origen cósmico, viviendo y vibrando así como verdaderos “dioses creadores”, “seres espirituales de alto nivel y elevada ciencia cósmica”. Seres que reconociendo un origen común se sepan verdaderamente hermanos.

Él, es por todo eso el “Programador”, “El Señor del Código”, nuestro Tutor, nuestro pasado y nuestro maravilloso futuro.



PARA EL FIN DE CICLO:

  - Es el Avatar, nuestro maestro y guía, el cual prometió que volvería en el final de ciclo en la Era del Quinto Sol para el “Gran Cambio” y por ello se le ve posicionado en lo que corresponde al “Ollin” o “Movimiento”, la Era de Acuario.

  - Por estar posicionado en el “Ollin” o “Movimiento”, Él es el “Verbo”, Tutor y Guía de la humanidad.

  - Como Creador y Rey vendrá a retomar su reino en nuestro mundo trayendo con ello la tan soñada Era de Paz.

  - Su boca abierta con el símbolo de fuego, nos dice que traerá con él su palabra ígnea, su verdad que purificará de toda mentira, ignorancia y oscurantismo a esta humanidad.


Los atlantes sabemos que aún cuando posea mil nombres, él es el mismo de todo tiempo, el único centro y eje de nuestra vida.



“Abre tus ojos y ve, lo que otros no han podido ver.”